Exponer solo de la historia del colegio es increíble por el tema de las cofradías, la elección del terreno, el conflicto entre laicos y eclesiásticos para dirigir el colegio.
Es
de suma importancia exponer este tema para derribar muchas ideas falsas sobre
la educación novohispana para las mujeres. Si bien, la mujer en la sociedad novohispana se le inculcó las costumbres
españolas como: la práctica de la religiosidad, el buen comportamiento y la
consolidación de la familia por medio del matrimonio. Esto no significa que la
educación femenina fuera un tema sin importancia, de hecho, quienes se
preocupaban del cuidado de las mujeres y velar que aprendieran las buenas
costumbres, fueron los familiares y los religiosos. Estos dos grupos buscaran
fomentar la educación para las mujeres.
En consecuencia, no es de extrañarnos que la
primera escuela será la doméstica que permitía ejercer una buena educación para
la vida privada como publica, su primera maestra será la propia madre quien la
formará en temas de la moral y la orientación religiosa que era universal para todos
sin distinción de género y posición social.
Las primeras instituciones para mujeres será la
escuela de amiga que se establecieron al menos desde la segunda mitad del siglo
XVI.
Dirigidas por españolas de buena reputación y las profesoras eran aquellas
mujeres que se presentaban en el ayuntamiento para solicitar la licencia en
donde se les otorgaba la autorización para ejercer la docencia.
Ahora
bien, el primer colegio novohispano para mujeres fue el “Colegio de la Caridad”,
regido en la primera mitad del siglo XVI. La edad de ingreso era entre los 8 años y 40 años. Se les enseñaba la instrucción en labrar,
coser, tejer, hilar lana y lino y labores domésticas que se ejecutan en el
hogar. El “Colegio de la Caridad” servirá como modelo para fundaciones de otros
colegios como el colegio de San Ignacio de Vizcaínas.
La historia de este colegio comienza con la llegada de los vascos a la
Nueva España en el siglo XVIII, quienes tenían un interés económico en la
minería, la agricultura y el comercio, esta última actividad es donde se
destacaron ampliamente.
Serán estos vascos quienes establecieron en 1681
una hermandad o cofradía cuyo nombre fue Nuestra Señora de Aránzazu para tener total aprobación bajo las leyes y
sociedad de la novohispana, el arzobispo dicto su asentimiento de la cofradía,
para tener mayor respaldo consiguieron que el Consejo de Indias fuese admitido,
con ello quedara unida a la Congregación de San Ignacio de Madrid.
Al tener estas aprobaciones por diversas autoridades,
los vascos comienzan a tener la idea de la fundación de un colegio. Pero se
generó un conflicto entre los vascos y la Iglesia, debido a que estos últimos
deseaban intervenir en la obra. Después
de una larga disputa los vascos lograron que la secularización a nivel
institucional y administrativa para el colegio. Esta institución solo se pensó
para niñas, doncellas y viudas jóvenes o bien “niñas” de edad madura quienes
darían el servicio de transmitir enseñanzas a las niñas. También declararon los
vascos su compromiso para mantener a las colegialas dando vivienda que sería
sostenida por obras piadosos de algunos benefactores, de los mismos familiares
como de la misma cofradía de Nuestra Señora de Aránzazu.
Ahora
bien, la edad de ingreso señalada es a partir de 6 años excepto en los casos en
que alguna viuda tuviera hijas menores que serían recibidas con su madre. Las
niñas que se recibían eran debían ser españolas, peninsulares o criollas
novohispanas y legítimas. No se aceptaban a las ilegítimas, ni a las indígenas,
negras, mulatas, mestizas o de otra etnia. La educación de las niñas consistía en tres horas diarias por la mañana
donde se les enseñaba lectura, escritura, aritmética, música, bordado y
doctrina cristiana. La lectura se enseñaba por medio del silabario,
posteriormente se les enseñaba el arte y modo de hacer las lecturas. Respecto a
la aritmética se les enseñaba cuatro operaciones: quebrados, tanto por ciento,
decimales y raíces. En consecuencia, debían saber las tablas. La enseñanza de la
religión se hacía en forma simultánea al aprendizaje de la lectura. Sí tuvo
biblioteca este colegio y ahí se podían encontrar obras de autores españoles y
novohispanos editados en la Nueva España. La enseñanza de la música estaba
cargo del primer maestro llamado Manuel Andreu quien cobraba 200 pesos anuales.
Se les ensañaba a tocar el órgano, el clavicordio, la flauta el bajón y otros
instrumentos. Por ultimo se les enseño bordado que esta asignatura se llamaba
labores de manos.
Conclusiones
Exponer solo de la historia del colegio es increíble por el tema de las cofradías, la elección del terreno, el conflicto entre laicos y eclesiásticos para dirigir el colegio. Es igual de interesante estudiar el listado de las distintas alumnas que pasaron y tomaron clases en ese recinto. Si bien, la apertura de este colegio significo un cambio y un interés por educar a las niñas y mujeres de la sociedad novohispana.