El altar es una construcción simbólica y una mezcla de las ideologías de la cultura prehispánica y la cosmovisión endémica de las culturas mesoamericanas con las creencias religiosas de Europa.
En México, particularmente en la capital,
los días 1 y 2 de noviembre celebramos el Dia de Muertos. Ponemos nuestro altar
para honrar, recordar con mucho afecto y amor a nuestros seres queridos, quienes
partieron de nuestro mundo al más allá, ya sea al Mictlán en la cultura
prehispánica o al cielo en la cultura eclesiástica. Pero el día de hoy no
hablamos de religión porque, honestamente, no soy experto en esta materia. Lo que sí es seguro, es que el Dia de Muertos
es una tradición ancestral y milenaria que pertenece a nuestra cultura, dependiendo
de cada región, se celebra en distintas formas, pero con un mismo propósito:
honrar a nuestros ancestros y a nuestros seres queridos. Misma que en 2008, la UNESCO lo reconociera, siendo
declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En cada familia no puede faltar el altar
de muertos, una pieza esencial y fundamental en nuestra tradición del Dia de
Muertos, cuyo elemento consiste en la instalación de un altar domestico en
honor a los muertos de la familia. El altar es una construcción simbólica y una
mezcla de las ideologías de la cultura prehispánica y la cosmovisión endémica
de las culturas mesoamericanas con las creencias religiosas de Europa. Como
resultado de la mezcla cultural, entre el “Viejo y el Nuevo Mundo” durante la Conquista,
posteriormente en la conversión de los pueblos originarios y nativos en
territorios durante la época colonial, más tarde ya como nación independiente.
Los niveles del Altar de Muertos, representan la cosmovisión y el mundo entre los vivos y los muertos. En cada uno de ellos, se colocan los elementos esenciales como son el Papel picado, Velas o Veladoras, Flores de Cempasúchil, Copal o Incienso, Sal, Agua, Calaveritas, el Pan de Muerto, la Comida que le gustaba en vida y por supuesto la fotografía del ser querido. (Imagen 1)
Respecto a la imagen de La Catrina,
en una entrega anterior de Crónicas por la Historia, había comentado
sobre la figura de la Calavera Garbancera de José Guadalupe Posada y el
auge de la caricatura en la época del Porfiriato, también durante la Revolución
Mexicana, en el marco del homenaje luctuoso al caricaturista del periódico La
Jornada y la revista El Chamuco, Antonio Helguera.
En esta ocasión, el pintor y muralista Diego
Rivera lo retomó para realizar una de sus obras más importantes, por encargo
del Arquitecto Carlos Obregón Santacilia (autor del Monumento a la Revolución y
del Hotel del Prado): Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central.
Convirtiendo la obra de Posada, la Calavera Garbancera en La Catrina.
Hablando de La Catrina, haciendo
mención a la caricatura de combate del siglo XIX, estas catrinas se acompañaban
con versos que se escriben como una manifestación de nuestra cultura, para
satirizar o hacer cábula, naciendo las calaveras literarias. Textos breves que,
con la picardía mexicana, reflejan el espíritu y la festividad frente a la
muerte, escrito con un tono satírico o burlesco, en vísperas del Dia de Muertos.
Precisamente desde 2015, la tradición del Dia de Muertos en la capital del
país, comenzó a ser reconocido mundialmente por la película Spectre, del
Agente 007 James Bond.
Podemos asociar la relevancia de la
tradición del Dia de Muertos con la película Macario, dirigida por
Roberto Gavaldón y protagonizada por Ignacio López Tarso. En esta adaptación
cinematográfica, se pueden vislumbrar los elementos esenciales de la tradición
del Dia de Muertos, ambientado en la época colonial, es decir, en el siglo
XVIII y en vísperas de la festividad. Bajo la sinopsis de la obsesión de
Macario por la pobreza que sufre él y su familia, sumando el temor a la muerte,
su relación con ella en forma de campesino al compartir el guajolote que llevaba.
Misma que como muestra de agradecimiento, le ofrece su amistad y le otorga como
regalo un agua milagrosa que cura cualquier enfermedad, permitiéndole
utilizarla bajo condiciones específicas. En cambio, la película Spectre
del Agente 007, vemos una Ciudad de México en las festividades del Dia de
Muertos como un carnaval por las calles del Centro Histórico, mientras se
llevan a cabo las escenas (obviamente hechas a computadora y pantalla verde) de
acción para evitar un ataque terrorista.
El Desfile del Dia de Muertos en la Ciudad de México, es un evento recientemente agregado a las festividades de la tradición del Dia de Muertos, las costumbres aún se mantienen vigente en la actualidad. Aunque ya se han mezclado con algunos elementos del Halloween, pero eso ya será para otra ocasión. Nos vemos en la otra.