La historia regional surge cómo un medio para comprender como se dan los procesos históricos a nivel local, permitiendo a su vez reconocer la pluralidad de miradas de los acontecimientos en una región histórica.
Los
historiadores a través del uso distintas metodologías desarrollamos temas de
índole histórico, los cuales tienen su propio enfoque, temporalidad y lugar; de
allí la riqueza de la producción historiográfica y la variedad de formas de
hacer historia que conforman el oficio de historiar, tales como lo pueden ser
la historia cultural, social, económica, intelectual, conceptual, entre otras.
En donde la historia regional surge cómo un medio para comprender como se dan
los procesos históricos a nivel local, permitiendo a su vez reconocer la
pluralidad de miradas de los acontecimientos en una región histórica.
Si
bien, en un principio la historia regional estuvo asociada al amor por la
tierra de nacimiento de los autores que la desarrollaron, considero que es una
visión muy simplista, ya que la historiografía ha demostrado cómo un proceso
nacional se manifiesta de distintas formas, con características particulares,
acorde a las regiones históricas del país, las cuales van más allá de la
delimitación geográfica de un estado, debido que para definirse hay que tener
en cuenta elementos como su actores, instituciones y geografía, así como
identificar sus relaciones internas y externas.
Por
otro lado, el desarrollo de este tipo de historia en México se puede rastrear
desde el siglo XIX, gracias a los trabajos de Jesús Iván Mora Muro, pero es
hasta la década de los 70’s y 80’s que adquiere mayor fuerza, en un contexto de
descentralización de la educación superior, consecuencia de los acontecimientos
del movimiento de 1968, que permitió la apertura de programas de historia en
los distintos estados del país, potenciando su práctica. Además, contribuyó a
la paulatina institucionalización de los acervos documentales a nivel local,
permitiendo la preservación del patrimonio documental y abonando al acceso de
fuentes documentales para el estudio de la historia regional.
Hay
que señalar que tenemos varios ejemplos de su práctica en México, por mencionar
un libro de reciente publicación tenemos, Nuevas miradas a las historias
regionales. Estudios historiográficos II, coordinado por Juan Pablo Bolio
Ortiz, texto en donde podemos observar cómo los autores desarrollan temas
relacionados a la política, economía, justicia, demografía, entre otros a nivel
local, los cuales son provenientes de sus tesis de posgrado, demostrando cómo
el estudio de estos procesos históricos abonan a la compresión del presente de
la región, en donde cómo hemos mencionado va más allá de un estado, pues si
bien su enfoque es Yucatán, refiere a la península, que inclusive más allá e
integra a Centroamérica como parte de la región histórica, lo cual nos invita a
reflexionar sobre las posibilidades que tiene la historia regional, la cual no
se mantiene inmóvil, pues a través de su discusión y crítica permite su mejoría
constante, así como la de nuestra disciplina.
Con la
clausura de actividades del XLV Encuentro de Estudiantes de Historia (ENEH) en
noviembre de 2023, celebrado en Mérida, Yucatán, se anunció la siguiente sede
del congreso en Guadalajara, Jalisco bajo la propuesta “Eslabones de la
Historia”. Reconstruyendo la historiografía mexicana desde los horizontes
regionales. Lo cual nos demuestra la relevancia de la historia regional, ya que
a través de su pluralidad de miradas podemos entender que no se trata de una
historia aislada, sino de un mosaico que compone la historia nacional y que a
su vez no ayuda a comprender la historia global; demostrando cómo el pasado está
fuertemente vinculado a nuestro presente.