Después de la crisis viene el auge, nada permanece para siempre es parte de la dialéctica.
Hace
unos días tuve la última revisión de la tesis con mi asesor, durante esta
sesión hablamos sobre si habían logrado alcanzar los objetivos propuestos, sus
limitantes, los comentarios de los lectores del documento, sobre cómo ampliarlo
para futuros trabajos, entre otras cuestiones que surgieron durante este
dialogo. Al concluir reflexionaba sobre el caminar que recorrí cerca de casi
tres años, sin duda muchas coyunturas estuvieron presentes, desde una pandemia,
la falta de fuentes primarias, crisis de ansiedad, bloqueos creativos y otras
adversidades que se hicieron presentes; a pesar de ello se superaron con
disciplina y constancia, así como de una red de apoyo conformada por familia,
amigos, colegas y mi querido asesor.
Recordando
este proceso, enlistaba una serie de puntos que fueron importantes para
culminar el trabajo y no abandonar la investigación, reconozco que se trata de
una visión particular y no esta ligada necesariamente a todos los casos, pero espero
que sirva de inspiración para los que recorren el mismo sendero. Como punto de
partida tenemos la elección del tema, asunto que pareciera fácil, pero que juega
un papel clave en la construcción del proyecto de investigación, pues el gusto
del autor por este y su viabilidad facilita los procesos de lectura, redacción,
búsqueda de información, trabajo de archivo, resiliencia, compromiso, creatividad,
entre otros elementos.
Por
otro lado, tenemos la elección de un asesor de tesis, debido a que como
comentaba un profesor muy apreciado durante una sesión de tutoría: “Al
momento de elegir asesor, hay que procurar que haya química entre las dos
partes para que el proyecto de investigación no se estanque”, frase que a
demostrado tener un peso significativo, ya que esa persona es la que te motiva
a seguir adelante, tanto personal como académicamente, te proporciona
bibliografía, platica anécdotas, pasa enseñanzas, te brinda soluciones y en su
infinita generosidad te enseña el camino cuando sientes que lo has perdido.
De la
misma manera, asistir a eventos ya sea lúdicos o académicos, como lo podrían
ser las presentaciones de libros, coloquios, conversatorios, congresos,
conciertos, entre otras actividades, sirve como un medio para desconectar momentáneamente
con la investigación, pues el descanso es fundamental para renovar el proceso
creativo y de redacción; aunque también estos espacios sirven para conocer
gente nueva, que no necesariamente está ligada a la disciplina, pero que te
puede aportar mucho, por otro lado estas actividades son fuente de inspiración
para explorar nuevos caminos y retomar proyectos personales, ya que no hay que
encerrarnos únicamente en el campo de la investigación, siempre podemos ir más
allá de este, claro aplicando sus conocimientos en nuestra realidad social.
Por último,
la resiliencia ha sido un eje fundamental durante casi 3 años de investigación,
debido a que sobre la marcha surgen adversidades que frustran, como las
correcciones, la falta de información, los bloqueos creativos, la redefinición
del proyecto, la sensación de estar atascado o simplemente cuando el contexto
no es favorable, a pesar de ello debemos anteponernos, aprendiendo de lo malo y
buscando soluciones para la mejoría constante, bien decía el decano de la
Escuela de Ciencias Antropológicas (ECA) Salvador Rodríguez Losa: “Después
de la crisis viene el auge, nada permanece para siempre es parte de la
dialéctica”.