La ciudad inevitablemente ha tenido con el paso del tiempo una reescritura, sus espacios tradicionales han sido destruidos o modificados y grandes construcciones se han levantado como símbolo de la ciudad capitalista moderna.
Cada
día, al echar un vistazo en mi cotidiano transitar por la ciudad que me vio
nacer y que me ha visto crecer en los más diversos sentidos, me doy cuenta de
la gran pérdida que hemos sufrido y seguimos sufriendo en aquellos espacios tan
significativos que lograron ser símbolos de identidad cultural, sentido de
pertenencia e incluso orgullo citadino, que por eso mismo fueron epicentros de
la convivencia popular de las décadas pasadas. Las calles del centro de la
ciudad que tanta frescura y tanta vitalidad gozaban durante el siglo XIX y
buena parte del XX, hoy se sienten y se viven abandonadas. La ciudad inevitablemente
ha tenido con el paso del tiempo una reescritura, sus espacios tradicionales
han sido destruidos o modificados y grandes construcciones se han levantado
como símbolo de la ciudad capitalista moderna.
La
iconografía arquitectónica que caracterizó al Culiacán de antaño desapareció o
se modificó atrozmente. Los portales y las enigmáticas construcciones de la
época porfirista se echaron abajo, otras se transformaron en burdos y
siniestros estacionamientos. Las que corrieron con mejor suerte se convirtieron
en feas tiendas de típicas cadenas comerciales perdiendo todo su encanto. Si
acaso un puñado de edificaciones históricas continúan engalanando nuestra
ciudad y siguen aquella lógica de que: la sociedad moderna es la que puede transformar
lo antiguo en moderno sin destruirlo. Es por esto, por el pobre patrimonio
histórico que se ha logrado preservar adecuadamente, que del imaginario del
Culiacán del siglo pasado apenas quedan huellas físicas y simbólicas. Arrasado
por el modernismo, el sincretismo y la arrogancia arquitectónica sin el encanto
que lo caracterizó hasta el siglo XX, sus lugares han perdido todo su
significado.
Los
grandes centros comerciales, las plazas ya alejadas del viejo centro histórico
de la ciudad son los nuevos lugares de memoria de la población culichi. Los
antiguos lugares de identidad se convirtieron en un cementerio moderno, el
desinterés, la apatía y la cobardía de las autoridades en combinación con la
ambición de personas que solo buscan lucrar con los terrenos, lograron sepultar
la ya endeble arquitectura histórica de la ciudad.
Día a
día, los grandes lugares de valor histórico, social y cultural se pierden.
Desde nuestras trincheras es necesario levantar la voz cuando acciones como
esas se gestan. Que el silencio nunca sea una opción.
“Siempre
se repite la misma historia: cada individuo no piensa más que en sí mismo”.
Ilustración 1
Autor: Carlos Ernesto León Inzunza
Título: Antigua construcción en el corazón del centro
histórico, hoy un estacionamiento.
Lugar: Culiacán, Sinaloa
Fecha: 15 de diciembre de 2023