Durante 50 años, “El Faro de Cabo Falso” fue el elemento más importante de seguridad para las embarcaciones que navegaban por la zona. La identidad del pueblo de Cabo San Lucas fue formándose con relación a la pesca y la navegación.
Pocas
veces, se ha escuchado hablar del milenario, “Faro de Cabo Falso” ubicado en
Cabo San Lucas, Baja California Sur, fue protagonista del potencial geográfico
y económico de Baja California Sur, testigo de las conexiones marítimas entre
San José del Cabo, Cabo San Lucas y de los puertos ubicados a lo largo de la península.
Durante
el gobierno de Porfirio Díaz, las relaciones marítimas empezaron a tener un
punto importante en el comercio y conexiones estratégicas con otros puertos;
sin embargo antes del Porfiriato, Baja California Sur albergaba aproximadamente 7,000 habitantes y al finalizar el Porfiriato
había alrededor de 62,000, fue un gran cambio para la tierra sudcaliforniana,
ya que llegaban personalidades de otras partes del mundo, que se quedaban a
vivir ahí para empezar una nueva vida, un negocio y algunas ocasiones con malas
intenciones.
“En el año de 1886, el general Porfirio Díaz por medio de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, envía al ingeniero español Joaquín Palacios Gómez para que determine el sitio idóneo para construir este faro el sugiere que debido a que la maquinaria debía ser mantenida en funcionamiento, de forma permanente exigía que el farero o quien operara viviera en el lugar, motivo por el cual se buscó un terreno en donde hubiera un manantial de agua que surtiera del vital líquido a quien decidiera vivir y trabajar en este lugar. Una vez encontrado ese “ojo de agua”, se procedió a buscar un sitio cercano a él donde pudiera construirse el faro. Determinado el espacio en el “Cerro del Vigía” se adquirieron 17 hectáreas, que en ese entonces eran propiedad de los señores Manuel Güereña y Laiza Ritchie de Flores, para tener espacio más que suficiente para la operación de este equipo.” Mencionado en la página web de CULCO.
Un día
de 1905, se edificó en la zona más meridional de Cabo San Lucas,
específicamente en “Cabo Falso” un faro equipado con mecanismos más avanzados
hasta el momento, mostrado en la Exposición de París, Francia en 1900, llamado
“Art Nouveau”.
Efectivamente
al equipo interno del faro fueron traídos desde París, Francia, era un sistema
de iluminación, que beneficiaba su procedimiento de construcción.
No hay
que olvidar que Porfirio Díaz, también estuvo involucrado en el sector de la
minera, como la empresa “El Boleo” en Santa Rosalía.
“El
Faro de Cabo Falso” llamado ahora “Faro Viejo”, en su estructura que estaba
diseñada con los adelantos de la ingeniería; su diseño arquitectónico era
fundamental para su funcionalidad ya que, fue hecho de hierro y acero,
elementos que fueron símbolos del progreso, todo era prefabricado.
Lo
llamaron “Cabo Falso” porque es el punto más al sur de la península y se
encuentra en una saliente desde el océano, en una parte muy visible.
El
pueblo de Cabo San Lucas inicia el camino hacia el progreso y a la conformación
de un símbolo que representa su identidad regional, además de ser parte de uno
de los proyectos de comunicación y de prestigio del gobierno de Porfirio Díaz.
El
encargado de supervisar el proyecto fue el Ingeniero Joaquín Palacios Gómez originario
de Madrid, España, además, era buen amigo del Ingeniero Gustave Eiffel (diseñador
y constructor de la Torre Eiffel). Se tenía que pensar también en la
subsistencia de los guardafaros, porque en ese tiempo todos los faros tenían
que ser atendidos permanentemente, había que darle cuerda al aparato de
rotación de la linterna, mantenimiento constante a los aparatos, al inmueble y
muy cerca de las dunas, había un manantial de agua dulce.
Es por
eso se construyó en el lugar donde se encuentra; la ubicación era buena, pero
el terreno no, ya que construir en dunas no es algo fácil, también se tenía que
pensar en cómo llevar el material de construcción hasta ahí, lo tenían que
traer desde el macizo continental hasta la bahía de Cabo San Lucas y de ahí
transportarlo hasta “Cabo Falso”.
Entonces
para dar facilidad de eso el Ingeniero Joaquín Palacios Gómez, construyó una
vía de rieles a todo lo largo de las dunas, de esta forma el material lo
bajaban del barco, lo subían en carretas, llegaban a los vagones y trasladaban
todo el material hasta el lugar. Los mismos rieles en donde fue transportado
todo el material para la construcción, los deshizo y con ello formó una base de
la cual pudo iniciar a construir los cimientos.
Los
investigadores de la página web CULCO, complementan… “El día 5 de mayo de
1905 fue inaugurado el Faro, siendo una obra de modernidad e ingeniería, ya
que, contaba con una torre de diez metros de altura donde se instaló un destellado
giratorio de luz blanca de una frecuencia de 4 segundos con alcance de 10 millas
náuticas, energizado con gas de petróleo. Para su mecanismo se ordenó la
fabricación a Barbier, Francia, de tres prismas de cristal de roca (cuarzo)
tallados pieza por pieza por artesanos, dándole a la lente una forma
circular-cóncava, unidos los rectángulos entre sí… Algunos de los
fareros que trabajaron en el lugar fueron: Rafael Tomás Sandoval Mantecón,
Agustín Payén Salazar, Marcos Payen Sandoval, Miguel Ángel Herrera Morales,
Néstor Herrera. El faro se mantuvo en funcionamiento ininterrumpido hasta el
año de 1965 en que un huracán de gran magnitud destrozó su mecanismo. El
gobierno determinó construir un faro más moderno y que tuviera un
funcionamiento autónomo, esto es, sin necesidad de intervención de la mano del
hombre. Este nuevo faro se construyó en un cerro que se encontraba a espaldas
de donde estaba el anterior faro, en el cerro del Rodadero, un poco más
elevado. Desde esas fechas los habitantes de Cabo San Lucas empezaron a
nombrarlo faro viejo para distinguirlo del que lo había venido a sustituir.”
Durante
50 años, “El Faro de Cabo Falso” fue el elemento más importante de seguridad
para las embarcaciones que navegaban por la zona. La identidad del pueblo de
Cabo San Lucas fue formándose con relación a la pesca y la navegación.
En
1960 “El Faro de Cabo Falso”, ya un poco deteriorado por los huracanes y
alcanzado por los años, fue sustituido por el “Faro de Cabo Falso”. Años más
tarde fue rebautizado como “El Faro Viejo” y se convertiría en un símbolo que
representa los cimientos de la modernidad.
En
1986 “El Faro de Cabo Falso” quedo incluido en el catálogo nacional de
monumentos históricos del INAH.