Los historiadores, en el más amplio sentido de su quehacer profesional, tienen la tarea de preservar y difundir la memoria histórica, con el fin de tender un puente que permita a la sociedad comprender cómo el pasado influye en nuestro presente.
Hace
unos días releía el libro Pasado y fortaleza del pueblo maya. Yucatán,primera mitad del siglo XX de la Dra. Carmen Castillo Rocha, texto en donde
el enfoque principal que nos presenta la autora es la resiliencia del pueblo
maya frente a las distintas coyunturas acontecidas en esta temporalidad, como
lo fueron el peonaje por deudas, el alcoholismo, la represión, los intereses de
los grupos económicos, el cambio climático, la hambruna, entre otros temas que
se desarrollan.
En
este dialogo de ideas, reflexionaba sobre cómo la resiliencia es un elemento
que se encuentra presente en todas las sociedades, ya que como explica su
definición “permite adaptarse a la adversidad”, lo cual se ciñe perfectamente a
nuestra actualidad, caracterizada por enfrentar distintas dificultades, como la
pandemia del COVID-19, crisis económica, inflación, guerras, violencia, cambio
climático, reacomodos geopolíticos, entre otros acontecimientos de nuestro
pasado reciente. En donde como individuos y sociedad hemos afrontado estos
estragos, aprendiendo a sobreponernos a ellos, demostrando esta idea de
resiliencia, a pesar de que los resultados no siempre sean favorables.
Cuestión
que no es exclusiva de nuestro tiempo, ya que cómo hemos señalado anteriormente,
es un elemento que podemos encontrar en las sociedades en el tiempo, solo por
poner un ejemplo, el pueblo maya como actor histórico, ha demostrado una gran
capacidad de resiliencia frente a las distintas coyunturas que ha atravesado la
península, prueba de ello es la permanencia de su lengua, cultura y memoria
social, claro modificada y adaptada con el tiempo, pero que sigue presente a
pesar de los embates de la conquista y colonización de la monarquía hispánica, la
mal llamada guerra de castas, la época de la hacienda henequenera, los tiempos
de la revolución, entre otros acontecimientos que condicionaron la dinámica
política, social, económica y cultural de la región.
Desde
la historia social podemos profundizar en el análisis del tema en cuestión, ya
que nos permite identificar los distintos elementos que forman parte de la
configuración de una sociedad, como la organización, economía, prácticas
culturales, identidad, valores, imaginarios, entre otros. En donde haciendo uso
del oficio de historiar podemos localizarlos en las fuentes disponibles, acorde
a la temporalidad del estudio, las cuales a través de su análisis nos permitan
entender la realidad social de nuestro objeto de estudio.
A
través de esta metodología, podemos comprender cómo una sociedad en un momento
especifico en la historia, está conformada, qué coyunturas condicionaron su
realidad social, cuáles fueron los acontecimientos en que se vieron inmersos, cuáles
fueron sus causas, cómo es que resistieron, fortalecieron y acoplaron ante la
adversidad de los procesos históricos. A ello habría que sumarle los aportes de
la historia de las emociones y cultural, que enriquecen las interpretaciones de
estos trabajos, profundizando el entendimiento del pasado y su relación con el presente.
Los
historiadores, en el más amplio sentido de su quehacer profesional, tienen la
tarea de preservar y difundir la memoria histórica, con el fin de tender un
puente que permita a la sociedad comprender cómo el pasado influye en nuestro
presente, tarea fundamental para buscar soluciones a las diferentes
problemáticas actuales; en donde la resiliencia esta implícita, pues es una
fuerza que brinda esperanza, que permite resistir, fortalecer y adaptarse a la
adversidad; esto lo podemos ver manifestado en las grandes luchas sociales que
han permitido la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Sin duda el tema da
para una discusión más amplia, que no pretendo desarrollar, pero que invita a
reflexionar sobre cómo la resiliencia puede ser un enfoque de análisis, para
comprender cómo las sociedades han hecho frente a las distintas crisis de sus
tiempos, demostrando como el pasado es puente que nos puede enseñar a construir
mejores caminos en el porvenir.