El Arado - La experiencia antropológica en Outer Wilds por Francisco Peralta Hernández


Aquí no se nos cuenta una historia a la par que el relato de algún acontecimiento histórico y es ahí donde reside la magia, en esos pequeños detalles donde vivimos la experiencia antropológica que el juego nos plantea. No se trata de ver pasar la Revolución Francesa o de encarnar dioses griegos, consiste en convertirse en el científico que se enfrenta a un misterio del pasado con repercusiones en el presente inmediato y se propone resolverlo. 

 

Al hablar de Historia y videojuegos suelen venir a la mente los clásicos Assassin's Creed, Age of Empires, God of War o incluso Red Dead Redemption. Pese a que estos juegos se han ganado su lugar como medios sumamente entretenidos para generar en el jugador un fuerte gusto por la Historia, solo la usan como un recurso narrativo para contar sus propias historias y si bien esto no tiene nada de malo, entre líneas prevalece la idea de que la Historia solo refiere a los acontecimientos importantes del pasado, a los grandes personajes o a momentos coyunturales que permitan situar la línea narrativa del juego en un periodo histórico determinado. Es decir, prevalece una visión de la Historia muy acontecimental y similar a la que se nos platica en clase, aunque con mecánicas, gráficos y modo online de por medio. 

Es por estas razones que considero a Outer Wilds como un candidato interesante para sumarse a esos juegos que sí o sí hay que referir cuando se habla de Historia, física, astronomía, etc. 

 

Se trata de un videojuego indie en el que encarnamos a un astronauta alienígena que se prepara para continuar con la encomienda del programa espacial que su especie ha desarrollado para explorar el sistema solar. El juego te permite adentrarte de lleno a este universo con detalles ocultos en documentos y side quests, sin embargo, nada de esto es obligatorio así que, si así lo deseamos, podremos treparnos a la nave y salir a explorar el espacio sin rumbo fijo. La magia de juegos como este reside en el compromiso, en adentrarnos al universo que se nos presenta para tratar de desentrañar el misterio que tenemos entre manos. En el caso de Outer Wilds es descubrir las causas del bucle temporal en el que nos encontramos y de paso, resolver el misterio de la desaparición de los Nomai, una antigua civilización que colonizó el sistema solar que habitamos.  

 

La trama de los Nomai es interesante y realmente es la que me motivó a escribir este pequeño artículo pues, en prácticamente todo el sistema solar encontraremos restos arqueológicos, vestigios lingüísticos, registros históricos, asentamientos y tecnología antigua. Al jugar terminamos por convertirnos en historiadores, antropólogos, paleontólogos y lingüistas. Debemos prestar atención al entorno para encontrarnos con vestigios arqueológicos que pueden contener restos de escritura, tecnología antigua, huesos y pergaminos. A la par, debemos charlar con los NPC’s que nos revelarán, a través de sus testimonios fragmentos del pasado inmediato o sobre la civilización Nomai, es decir, en un mismo juego debemos hacer uso de los métodos y herramientas de dichas ciencias antropológicas. 

 

Parte interesante del juego es su carácter científico y el uso tan bueno que hace de ese “pasado misterioso”. Nuestra civilización debe desentrañar los misterios del universo, pero también de aquellos que estuvieron antes que nosotros. Para ello contamos con un museo sobre física, historia y arqueología en el que se nos muestran elementos como los períodos de vida de una estrella, el desarrollo del programa espacial a través de la fotografía, vestigios arqueológicos y hasta una suerte de Piedra Rosetta que se utilizó para descifrar la escritura de los Nomai. Todo esto con una museografía sencilla pero íntegra que nos alienta a explorar todos los misterios del museo antes de continuar con la historia principal. 

 

Juegos como Outer Wilds no se cuentan entre aquellos que utilizan a la Historia como un recurso, quizá porque no es tan claro como en las sagas referidas al principio. Aquí no se nos cuenta una historia a la par que el relato de algún acontecimiento histórico y es ahí donde reside la magia, en esos pequeños detalles donde vivimos la experiencia antropológica que el juego nos plantea. No se trata de ver pasar la Revolución Francesa o de encarnar dioses griegos, consiste en convertirse en el científico que se enfrenta a un misterio del pasado con repercusiones en el presente inmediato y se propone resolverlo. 


 

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