Me llevé una gran sorpresa al leer que agasajo significaba hacia 1726: “El acto de acariciar y tratar con benevolencia y amor a otro”, mientras que una segunda acepción apunta: “El regalo mismo o cosa que se regala”. Desde ese momento se volvió una de mis palabras favoritas y me convencí de que el placer y el regalo de poder acercarme a las letras y documentos antiguos es sin duda un total agasajo.
Agasajo. Me
encontré esta palabra en un documento novohispano datado en 1690. Al principio
mis ojos no creían lo que estaban leyendo, pero ¡Si! … ¡Decía agasajo! Yo
solo no daba crédito a mis ojos, volví a leer. En la actualidad esa palabra me
hace pensar en un beso apasionado y quitado de toda pena, o acaso zumbarse con
mucho antojo un gran platillo de comida.
Busqué la palabra en el “Diccionario de Autoridades”, un instrumento que
los que nos dedicamos a la lectura de documentos antiguos -la paleografía- ,
ocupamos constantemente para desentrañar significados de palabras que han caído
en desuso o que han cambiado sus significados. Me llevé una gran sorpresa al
leer que agasajo significaba hacia 1726: “El acto de acariciar y tratar
con benevolencia y amor a otro”, mientras que una segunda acepción apunta: “El
regalo mismo o cosa que se regala”. Desde ese momento se volvió una de mis
palabras favoritas y me convencí de que el placer y el regalo de poder
acercarme a las letras y documentos antiguos es sin duda un total agasajo.
Con el
mismo entusiasmo con el que me sorprendí de una palabra tan bella que ha
transitado los siglos, te quiero invitar a maravillarte conmigo de las
curiosidades, palabras extrañas, personajes y lugares que los documentos
antiguos me han permitido conocer a través de la disciplina de la Paleografía.
Deseo que disfrutes este viaje tanto como yo lo disfruto al leer,
transcribir e imaginar.
En
testimonio de verdad, hago mi signo.