Memorias de un corazón - Recorrer el Centro Histórico es una caminata atemporal por Karen Aylín López García


Cientos de recreaciones atemporales pueden hacerse al recorrer las calles del Centro Histórico, como el de apreciar los distintos estilos arquitectónicos abrazados unos a los otros. De esta manera, el barroco novohispano, el ecléctico del porfiriato, el art déco posrevolucionario y el moderno quedan entrelazados.

Dentro de las alcaldías Cuauhtémoc y Venustiano Carranza de la Ciudad de México yace el Centro Histórico, lugar que alberga una exorbitante riqueza cultural, desde sitios arqueológicos, monumentos, museos, arquitectura y pero sobre todo, su gente y su historia.


Sin duda, caminar en el corazón del Centro Histórico es una experiencia tan vívida que hace que cada persona que en su vaivén tenga la dicha de concurrir a este sitio se lleve un recuerdo tan propio de sí mismo.

 

Por un lado, están aquellos que, al adentrarse en este lugar, quedan atiborrados por tanta cercanía con presencia humana, por tanto bullicio sonoro o por tanta concentración inmobiliaria, mientras que por el otro, se encuentran aquellos intrépidos cuyo ánima se encuentra motivada por adentrarse y vivir cada latido que emana el Centro Histórico. Dicho latido, es capaz de transportar a todo devoto del sitio a un espacio en donde el pasado, presente y futuro convergen.

 

Este viaje atemporal hace que el caminante goce de una experiencia multisensorial haciéndolo capaz de percibir por medio de la vista, el tacto, la audición y el olfato múltiples épocas. Así, si nos ubicamos fuera del Templo Mayor, puede que, debido al aroma a copal, al sonido de los caracoles, tambores y a los danzantes adornados con grandes plumas de colores y sonajas en los pies se preste la imaginación para sentir un poco la época prehispánica.


Además, si la persona tiene la fortuna de encontrarse al medio día fuera de este punto, podrá nutrir su experiencia sensorial gracias al gran sonido de las campanas de la Catedral de la Ciudad de México y los incesantes gritos de los múltiples vendedores ambulantes, generando así, un estado en donde el tiempo se desvanece. Yo recomiendo cerrar los ojos para gozar y vivir esta experiencia.

 

Cientos de recreaciones atemporales pueden hacerse al recorrer las calles del Centro Histórico, como el de apreciar los distintos estilos arquitectónicos abrazados unos a los otros. De esta manera, el barroco novohispano, el ecléctico del porfiriato, el art déco posrevolucionario y el moderno quedan entrelazados.


Caminar en la calle de Madero hace que un palacio acompañe a una iglesia, una iglesia a una tienda de ropa, y una tienda de ropa a un Starbucks. De igual manera, puede transportar a la persona por medio de la imaginación y de la memoria al momento en el que dicho espacio recibió al triunfante Ejército Trigarante en 1821, entre muchos otros sucesos que presenciaron los distintos recintos de la misma calle.


 En este recorrido, el ambiente generalmente suele ir acompañado de una melodía naciente de algún organillero; de personas que de manera incesante pero primordiales para esta experiencia, te invitan a pasar a alguna óptica o en algunos casos a que te tatúes; y claro, también de algunos olores provenientes de restaurantes o de alguna canasta, en donde se resguardan cálidamente tacos sudados.

 

En esta, al igual que en muchas otras calles, la imaginación y la memoria es indispensable para nutrir esta caminata atemporal. Indudablemente, recorrer el Centro Histórico es el lugar en donde las memorias se vuelven amigas de las experiencias del presente y compañeras del futuro.



Ilustración 1

Autor: Karen Aylín López García

Título: Atemporal

Lugar: Centro Histórico, Ciudad de México

Fecha: 28 de diciembre de 2023




 

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