Esta institución educativa fue única en su tiempo ya que albergo a un gran número de infantas con la intensión de fomentar la educación y la mismo tiempo cuidar de la integridad de la niña hasta la edad adulta.
En el
texto anterior se expuso la importancia de la educación para la mujer
novohispana. Ahora en este pasaje se exhibirá el plan de estudio que recibían
las colegidas inscritas en esta institución como su rutina diaria en este
lugar.
Recordemos
que esta institución solo se pensó para niñas, doncellas y viudas jóvenes o
bien “niñas” de edad madura quienes darían el servicio de transmitir enseñanzas
a las niñas. También los fundadores vascos reafirmaron el compromiso para
mantener a las colegialas dando vivienda que sería sostenida por obras piadosos
de algunos benefactores, de los mismos familiares como de la misma cofradía de
Nuestra Señora de Aránzazu.
Ahora
bien, la edad de ingreso señalada es a partir de 6 años excepto en los casos en
que alguna viuda tuviera hijas menores que serían recibidas con su madre. Las
niñas que se recibían debían ser españolas, peninsulares o criollas
novohispanas y legítimas. No se aceptaban a las ilegitimas, ni a las indígenas,
negras, mulatas, mestizas o de otra etnia. Para cuidar celosamente la calidad
de las colegialas y el prestigio de la institución se vigilaba el ingreso al
igual que su salida temporal o la baja definitiva. Pero también se dio el caso
de rechazo al ingreso de la institución. Por tanto, la primera lista nominadas
para el ingreso sería de 40 niñas.
En sus primeros años el colegio tenía un único
maestro que recibía un salario y fue el de música y escolta. Las primeras
maestras no recibieron un salario debido a que ejercieron la labor como madres.
Mensualmente a cada niña por parte del tesorero del colegio se encargaba de
darles 10 pesos cantidad que servía para sus gastos de alimentación, vestimenta
como los útiles escolares. La rectora recibía del tesorero 10 pesos para ella y
además un extra para gastos comunes del colegio, como las velas, gatos de
enfermería, leche de burra, carbón, salarios de mozos, aguadores, hortelano,
reparaciones de la estructura del edificio, entre otros gastos imprevistos.
Un día en el colegio consistía en levantarse a las
5:30 am hora que se tocaba la campana para levantarse. A las 6 am asistían a
misa en el coro baja para poder comulgar las que lo deseaban, la comunión en
pascua si era obligatoria. A las 12 día comían y se suspenden todas las
actividades. Después era dos horas de siesta. A las 17 horas comenzaba la hora
del estudio de música y la formación de la escolta. Después se reúne el coro
alto para rezar el rosario y luego tenían una hora de recreo en los patios y
azoteas. A los jardines solo podían asistir en días festivos. Dando las 19:30
se retiraban a sus viviendas para cenar y a las 21 horas se daba el ultimo
toque que señalaba el silencio absoluto para dormir.
Como lo
habíamos afirmado en el anterior texto la educación de las niñas consistía en
tres horas diarias por la mañana se les enseñaba lectura, escritura,
aritmética, música, bordado y doctrina cristiana. La lectura se enseñaba por
medio del silabario, posteriormente se les enseñaba el arte y modo de hacer las
lecturas. Respecto a la aritmética se les enseñaba cuatro operaciones:
quebrados, tanto por ciento, decimales y raíces. En consecuencia, debían saber
las tablas.
La enseñanza
de la religión se hacía en forma simultánea al aprendizaje de la lectura. Sí
tuvo biblioteca este colegio y ahí se podían encontrar obras de autores
españoles y novohispanos editados en la Nueva España. La enseñanza de la música
estaba cargo del primer maestro llamado Manuel Andreu quien cobraba 200 pesos
anuales. Se les ensañaba a tocar el órgano, el clavicordio, la flauta el bajón
y otros instrumentos. Por último, se les enseño bordado que esta asignatura se
llamaba labores de manos.
En resumen, las asignaturas que se
impartían en el colegio tenían la función de ser los cimientos para la
iniciación de la formación educativa de las niñas novohispanas. En esta
institución educativa fue única en su tiempo ya que albergo a un gran número de infantas con la intensión
de fomentar la educación y la mismo tiempo cuidar de la integridad de la niña
hasta la edad adulta.