Un poco de Historia para tu vida cotidiana - ¡A bailar y a gozar qué Semana Santa va comenzar! Los Carnavales en México por Nordi Verónica del Rocío Enríquez Flores


Nordi Verónica del Roció Enríquez Flores (ENAH)


Los carnavales tienen una función social y cultural, son un espacio de inclusión en el que coexisten personas de diferentes estratos sociales en un ambiente de júbilo, promoviendo la identidad y la cohesión social. También, son un escenario de libertad de expresión, en donde se realiza sátira política y crítica social.


Las tradiciones son el principal atractivo de nuestro país, entre ellas se encuentran los carnavales celebrados en víspera de la Semana Santa, estos se caracterizan por una fusión de folclore, alegría e identidad cultural de las regiones que son oriundas. Comenzaron como una festividad pagana y religiosa, paulatinamente se convirtieron en una fiesta llena de música, danza y disfraces, en la cual los asistentes inhiben sus conductas antes de la Cuaresma.


Fuente: Historia. National Geographic.

Al igual que la mayoría de las tradiciones, los carnavales también provienen de la cultura española, quienes a su vez los retomaron de las sociedades italianas y francesas. Su principal particularidad es la transgresión temporal de normas sociales, como la sátira política, desfiles coloridos y enaltecer la identidad cultural de la zona. Son muchos los que se organizan a lo largo del territorio mexicano, pero hay algunos que destacan por su parafernalia y arraigo cultural.

 

El carnaval más famoso de México es el oriundo de Mazatlán, Sinaloa. La fiesta sinaloense, celebrada desde finales del siglo XIX, es única por su desfile esplendoroso, el concurso de disfraces y la elección de la reina del carnaval. Además, las calles son amenizadas por una banda musical. Veracruz organiza un carnaval que también destaca por la alegría de sus asistentes. Y no solo eso, es conocido por sus carros alegóricos, comparsas y la quema simbólica del "mal humor", que da inicio a la fiesta.

Fuente: Gobierno de Sinaloa.


Fuente: Carnaval de Veracruz

El carnaval más antiguo en la historia de nuestra nación es el de Campeche. Se cree que data del siglo XVI, porque fusiona tradiciones indígenas y europeas. De este proviene la llamada danza de viejos y la pintadera, la cual consiste en cubrir todo el cuerpo con pintura.


Fuente: H. Ayuntamiento de Campeche

La región centro-sur del país es sede de un carnaval de carácter colonial. Los Huehues, danzantes enmascarados que hacen alusión a la nobleza española novohispana, son representativos de la festividad tlaxcalteca. La música tradicional y el vestuario colorido muestran la resistencia de la cultura indígena. Por último, en Baja California Norte, el Carnaval de Ensenada, es popular por su gastronomía, música y alegría.


Fuente: Vive Tlaxcala

Fuente: Turismo La Paz

Los carnavales tienen una función social y cultural, son un espacio de inclusión en el que coexisten personas de diferentes estratos sociales en un ambiente de júbilo, promoviendo la identidad y la cohesión social. También, son un escenario de libertad de expresión, en donde se realiza sátira política y crítica social.

 

Por otro lado, y en términos económicos, estos representan una gran derrama financiera para las ciudades que los organizan, beneficiando al turismo, la gastronomía y el comercio local. Hoteles, restaurantes y vendedores ambulantes experimentan un aumento en su actividad, consolidando al carnaval como un motor económico temporal.


Fuente: El Sol de México

A pesar de su carácter festivo y en ocasiones desenfrenado, el carnaval en México no está desligado de la religiosidad. Su celebración previa a la Cuaresma responde a la tradición cristiana de "despedirse de la carne" (de ahí la etimología de la palabra "carnaval"), antes del periodo de abstinencia y recogimiento espiritual. De esta manera, los carnavales no se reducen a una catarsis social, también se consideran un preámbulo a las prácticas religiosas que caracterizan la Semana Santa.

 

Los carnavales en México son mucho más que fiestas multitudinarias, expresiones vivas de la identidad, la creatividad y la historia de cada comunidad. A través de sus danzas, desfiles y tradiciones, reflejan la diversidad cultural del país y demuestran que la alegría y la devoción pueden convivir en perfecta armonía. En cada mascarada y tamborazo, resuena el espíritu festivo de un pueblo que sabe celebrar la vida con intensidad, antes de entrar en el tiempo de reflexión cuaresmal.


Fuente: Nueva Rioja


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