Cada año, el Cristo recorre aproximadamente 8 kilómetros desde la Macro plaza de la Alcaldía, hasta el Cerro de la Estrella; con el fin de que el Vía Crucis pase por los ocho barrios de Iztapalapa.
Seguramente cuando llega la semana santa en
México, muchos de nosotros lo que pensamos primero son vacaciones: vámonos a la
playa, a visitar a la familia, o descansar en la casa, entre otras cosas. Sin embargo, cuando hablamos de semana santa,
hablamos de la representación de Iztapalapa, la más importante de la capital,
ubicada en la zona más poblada de la Ciudad de México.
Si bien, Iztapalapa significa en náhuatl:
"En el agua de las lajas”, la vida se mide por su relación con lo sagrado,
por ello existe la mezcla entre lo prehispánico y lo colonial. Un punto clave
es el Cerro de la Estrella, considerado un lugar sagrado en la época prehispánica,
colonial y contemporánea.
Resulta que el Cerro de la Estrella es el
escenario tanto del Fuego Nuevo, como del Vía Crucis. Está última tiene su
origen, en la época del México Independiente. Recordemos que, en 1821 México
consumó la lucha por la Independencia después de 11 años con la firma del Acta
de Independencia del Imperio Mexicano, 9 años después en 1833 azotó en el país
una epidemia de cólera.
Para que tengan una idea, ese mismo año hubo
elecciones presidenciales donde Antonio López de Santa Anna ganó y Valentín
Gómez Farías obtuvo la vicepresidencia, al tiempo en que propuso una serie de
reformas liberales, pero con el triunfo del centralismo con Santa Anna, comenzó
un descontento en la población, principalmente en la Ciudad de México donde disolvió
el ayuntamiento de la ciudad de México para sustituirlo por uno más favorable a
Santa Anna.
Es aquí donde los pobladores de Iztapalapa,
realizaron una procesión al Santuario del Señor del Santo Sepulcro de la
Cuevita, también conocido como la Catedral del Santo Señor de la Cuevita; para
pedir el fin del cólera. Para ello, los pobladores realizaron una
representación del Vía Crucis en Iztapalapa. Lo curioso es que la petición fue
escuchada y se acabó la epidemia. Como muestra de agradecimiento, los iztapalapenses
prometieron que realizarían una procesión una vez al año.
Sin embargo, seria hasta 1843, cuando toma forma
de representación teatral, donde participan año con año más de 150 actores
nativos, todos originarios de los ocho barrios del pueblo de Iztapalapa, que se
subdivide en dos zonas: Axomulco; conformada por los barrios de La Asunción,
San Pablo, San Pedro, San José y San Miguel; y Atlalilco; constituido por los
barrios de San Lucas, Santa Bárbara y San Ignacio. Considerando que la mayor
parte no son actores profesionales, sino gente originaria de los ocho barrios
quienes representan a cada uno de los personajes de La Pasión de Iztapalapa que
inicia con el Domingo de Ramos, continua con el Jueves Santo, siguiendo en su
punto máximo de la semana mayor, el Viernes Santo, hasta terminar en el sábado
de gloria.
Hay que considerar que unos días antes, se lleva
a cabo el Carnaval de Iztapalapa, los pobladores caminan por las calles
vestidos de charros, de chinas poblanas o con disfraces diversos, bailando.
Acompañados por una cuadrilla de la banda de música, deteniéndose en diversos
puntos a poner al público a bailar; incluso en frente de las casas. Así como la
gente hacen la cooperación para pagar a los músicos. Además, se corona a las
reinas que desfilan en carros alegóricos y organizan grandes bailes, este
carnaval está organizado por la gente de los pueblos de Santa Cruz Meyehualco,
Santa Maria Aztahuacan, San Lorenzo Tezonco, Santa Martha Acatitla, Santiago
Acahualtepec, San Sebastián Tecoloxtitlan, Los Reyes Culhuacán, Santa María
Tomatlán y el Centro de Iztapalapa.
Además, una semana antes de la semana mayor, se
lleva a cabo la Feria de los Trastes en el Centro de Iztapalapa, donde los
artesanos de diferentes puntos de la zona centro de México, particularmente del
sur de la Ciudad o de otros estados como Morelos y Puebla, ofrecen al público
sus obras y artesanías, hechas a mano y muy bien detallado. Entre platos,
ollas, tazas, vasos, fuentes, jarros o cantaritos, arboles de la vida, adornos
para la casa, etc. Reflejan en ellos la obra maestra de los artesanos, además,
la identidad de su trabajo.
Ahora, volviendo a la representación del Vía
Crucis o La Pasión de Iztapalapa: ¿Porque son representados como obras
escénicas? De hecho, los pueblos originarios siempre han sido muy sensibles a
las representaciones escénicas, donde los pobladores representaciones escenas
ya sean religiosas, culturales o históricas. Sin embargo, desde la conquista,
luego en la colonia y después en el México Independiente, estas tradiciones se
conservan hasta la fecha.
Una de las herramientas que se identifica es el
“teatro evangelizador”. De acuerdo con una nota publicado por la BBC hace 3
años, este teatro echa mano de las costumbres de los pueblos prehispánicos con
las puestas teatrales en escena. En la época prehispánica, los sacerdotes
componían comedias cortas representados ante el público, expresando temas
profanos o religiosos. Por ello, abundo el sentido dramático, expresado en
cantos, danzas o escenificaciones con un alto contenido emotivo. Lo que lo
convierte en un símbolo de identidad para los ocho barrios y el pueblo de
Iztapalapa, Misma que sería considerado como Patrimonio Cultural Inmaterial de
México en 2023.
Sin embargo, en los últimos años, se ha
congregado a más de 5000 participantes, además de los actores que realizan sus
personajes, incluyen a los organizadores (que son un grupo de familias de los
ocho barrios de Iztapalapa), el staff, los nazarenos o penitentes, fotógrafos,
camarógrafos y reporteros. Cada año, el Cristo recorre aproximadamente 8
kilómetros desde la Macro plaza de la Alcaldía, hasta el Cerro de la Estrella;
con el fin de que el Vía Crucis pase por los ocho barrios de Iztapalapa.
Actualmente, en las calles de los ocho barrios
de Iztapalapa, podemos ver diferentes cruces de los diferentes actores que
interpretaron al Cristo de Iztapalapa. Año con año, ha recibido a más de dos
millones de personas, tanto nacionales como extranjeros. Para finalizar, les
dejo un dato extra: esta tradición no fue interrumpida en la pandemia. Ya que
en 2020 y 2021 se llevó a cabo esta representación dentro de la Catedral del
Santo Señor de la Cuevita haciendo énfasis, en el propósito en que se realizó.
Actualmente este viacrucis conserva estas tradiciones entre la mezcla de la
época prehispánica y la época colonial; un acto de fe y de expresión de
identidad comunitaria.