Espacios invisibles - La raíz violenta por Zyanya Rivera

 



Zyanya Rivera (ENAH)
Contacto: 120180115@enah.edu.mx


La violencia es un fenómeno amplio y complejo que abarca una amplia gama de comportamientos y acciones que resultan en daño, sufrimiento o supresión hacia otros.

Las páginas de la historia humana están marcadas por un término que despierta controversia y reflexión en igual medida: la violencia. En sus múltiples facetas y manifestaciones, la violencia se erige como un fenómeno intrincado que ha acompañado a la humanidad a lo largo de los siglos. Mi columna encuentra su fundamento en la divulgación y exploración de este tema crucial, buscando desentrañar su naturaleza, sus raíces históricas y su impacto en nuestras vidas. En este sentido, deseo inaugurar este espacio con una mirada introductoria hacia la esencia de la violencia, explorando sus orígenes lingüísticos y conceptuales, así como las percepciones cambiantes que han delineado su definición a lo largo del tiempo.


El concepto de violencia, derivado del latín vis (fuerza) y latus (llevar o transportar), hace referencia a “ser llevado a la fuerza”, describiendo la acción de usar la fuerza, la agresión o el poder para lograr el control. En palabras de Foucault: “Las relaciones humanas están basadas en el poder, el cual, al no ser un objeto, no se adquiere, conserva o comparte, sino que se ejerce”. El uso del control sobre el otro como vehículo de la violencia no es nuevo; de hecho, ha existido desde el principio de los tiempos y ha convivido con nosotros en todos los espacios y aspectos de nuestra vida. A veces se manifiesta de forma física, en otras ocasiones de manera invisible. Sea cual sea la forma, toda violencia es simbólica. Ambos actos se desarrollan en el marco de relaciones asimétricas. Cuando nos referimos a este tipo de conceptos, hablamos de aquellas relaciones en las que una persona tiene mucho más poder que la otra. Pero ¿a qué se debe? Puede deberse a diversos factores, como el sexo-género, la edad, el estatus social, económico, emocional, entre otros. En realidad, son muchos los factores que pueden propiciar o determinar los escenarios adecuados para la existencia de relaciones desiguales.


Es fundamental destacar que la violencia no se restringe únicamente a la agresión física evidente, sino que también puede adoptar formas más sutiles, como la coerción, la manipulación o la explotación, que ocasionan perjuicios tanto a individuos como a comunidades. La violencia surge de causas profundas y complejas que abarcan desde factores sociales, económicos y políticos hasta aspectos psicológicos y culturales. A lo largo de los años, esta problemática ha sido objeto de investigación, como lo demuestra el trabajo de Philippe Bourgois en su estudio basado en sus vivencias tras la guerra civil en El Salvador, identifica diversos tipos de violencia: la política directa, la estructural, la simbólica y la cotidiana. Todas estas manifestaciones profundizan en las capas más internas de la interacción humana, dotándolas de una complejidad intrínseca. Este enfoque no solo arroja luz sobre la raíz de la desigualdad arraigada, sino también sobre la internalización de jerarquías que permea nuestra sociedad.


En resumen, la violencia es un fenómeno amplio y complejo que abarca una amplia gama de comportamientos y acciones que resultan en daño, sufrimiento o supresión hacia otros, más adelante nos adentraremos en el mundo de las violencias, para explicar a fondo su increíble complejidad.




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