Espacios Invisibles - El animal humano por Zyanya Rivera

 

Zyanya Rivera (ENAH)
Contacto: 120180115@enah.edu.mx

Imagina por un momento que vas caminando por el bosque. Sin previo aviso, un oso se abalanza sobre ti y comienza a atacarte ¿seria esto causa de la agresividad o de la violencia?

¿Cuál es la diferencia entre violencia y agresividad? ¿Son acaso lo mismo? En nuestro primer artículo, exploramos la definición de violencia y sus diversas manifestaciones en la sociedad, resaltando la necesidad prevaleciente de difundir esta información de manera extensa. Esto no solo nos permite identificarla con mayor rapidez, sino también tomar medidas concretas para poner fin a la violencia o erradicarla por completo. Sin embargo, con frecuencia, surge la confusión entre los términos violencia y agresividad debido a la falta de claridad en la difusión del tema. En esta breve columna, destacaremos sus principales diferencias, características y factores inherentes a ambos conceptos.


¿Agresividad o Violencia?


Al reflexionar sobre los comportamientos humanos perjudiciales o destructivos hacia los demás, es común preguntarnos si estos términos son intercambiables o si representan lo mismo.


La agresividad, un fenómeno multidimensional y comportamental, surge ante la estimulación neuronal. Sus estudios más relevantes se originan en la biología animal, centrándose específicamente en el comportamiento. Este fenómeno se fundamenta en el principio de provocación-ataque. Aunque la agresividad es un instinto natural presente tanto en humanos como en animales, ambas especies la utilizan como un mecanismo de autoprotección. Es una herramienta vital para la adaptación y supervivencia cuando se enfrentan a situaciones de peligro, todo humano es agresivo, y está bien.


La violencia, por otro lado, constituye un fenómeno social y cultural propio de la humanidad, moldeado por roles, ideologías y valores característicos de la sociedad en la que cada individuo se desarrolla. A diferencia de la agresividad, la violencia persigue el control y se caracteriza por su malicia e intencionalidad, con el propósito de causar daño. No se requiere necesariamente un estímulo de provocación-ataque; su objetivo es mantener el poder y someter a otros a la voluntad del agresor. Dicho de otra manera, la violencia responde a comportamientos aprendidos.


Hasta este punto, podemos afirmar que la violencia y la agresividad no son iguales ni términos intercambiables. En resumen, la violencia se orienta hacia la perpetuación del poder y el control, con el propósito de causar daño. Se aprende y está arraigada en las distintas sociedades, siguiendo patrones y estructuras culturalmente impregnados. Por otro lado, la agresividad surge como una respuesta natural del individuo ante situaciones de peligro, en respuesta al estímulo natural ante la supervivencia. Compartimos más similitudes con los animales de las que solemos reconocer en nuestra lucha por la supervivencia y la preservación de la especie. En el próximo artículo exploraremos el tema de las emociones demostrando que no somos los únicos seres que las experimentan al igual que la agresividad convirtiéndonos en el increíble e imperfecto animal humano del reino animal.

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