Aguas de historia - Villahermosa por Mariana Aurora Gómez Laureano

Mariana Aurora Gómez Laureano (ENAH)

Solo queda los cimientos y los escombros en algún lugar de esta tierra que no es tan grande, pero más de un rincón cuenta una historia de la anterior.

Y Villahermosa cambia, como caen las hojas de los macuilices, se desprenden sus calles como las flores con el viento. Cuando pienso en la historia como muchos otros, suelo intentar entenderla desde los siglos pasados. Sin embargo, la historia de los cambios que ha vivido la capital de Tabasco la he podido ver en mis últimos 20 años.


Pienso en el mercado José María Pino Suárez, como uno de los ejemplos más relevantes, en un inicio San Juan Bautista comercializaba sus productos cerca del Río Grijalva, hasta 1850 el gobernador José Julián Dueñas solicitó un solar a Don Joaquín Moscoso para construir el mercado público. Después de un incendio en 1976, el cambio es inevitable. Es hasta el año de 2015 que se anuncia una remodelación para beneficio de los comerciantes y de la población. Es entonces en pro del progreso nos encontramos con un mercado completamente diferente: pasillos más angostos, espacios con poca ventilación y una reubicación a la que los tabasqueños teníamos que acostumbrarnos, ubicaciones que no iban a beneficiar a muchos y que resultaban disperso. Concreto y aluminio.


Parecía imposible imaginar al mercado sin los pasillos de siempre, la fachada con sus relieves de medio punto y los pasillos que daban a los balcones de herrerías en el área de mercerías y juguetes. Podías ver a la calle, ver pasar a la gente y escuchar a los ambulantes gritar “2 kilos por $15 pesos” “¿Qué le vamos a dar güerita”?


El archivo fotográfico parece poco y yo siento que he llegado demasiado tarde al deseo de preservar la historia de este pedacito de Villahermosa.  Solo queda los cimientos y los escombros en algún lugar de esta tierra que no es tan grande, pero más de un rincón cuenta una historia de la anterior. La historia sin duda no es siempre anacrónica, Villahermosa cambia cada año porque cada tiempo hay un nuevo gobierno que decide que es lo “mejor” para la ciudad, para que sea más cómoda, más moderna, más bonita. ¿y las ruinas dónde quedan?

Tal vez te interesen estas entradas

No hay comentarios