El son es el símbolo musical de la sociedad mestiza que se gestaba en la nación mexicana, contiene elementos musicales europeos, amerindios, africanos y afrocaribeños, que representan una conciencia de las culturas regionales del territorio nacional del siglo XVIII.
Entre sombreros, huaraches y rebosos se
encuentra la región calentana, característica por sus comidas, costumbres,
tradiciones y leyendas. Lo más significativo de la región, es el son y el gusto
calentano de la cuenca del Balsas, considerados uno de los géneros musicales más
ricos a nivel nacional.
Los antecedentes de los sones de Tierra
Caliente, son las coplas que se cantaban a San Agustín Victorioso, realizadas por
los Agustinos evangelizadores de este territorio. El son es el símbolo musical
de la sociedad mestiza que se gestaba en la nación mexicana, contiene elementos
musicales europeos, amerindios, africanos y afrocaribeños, que representan una
conciencia de las culturas regionales del territorio nacional del siglo XVIII.
Se retoma esta definición de gusto y son:
“Lo que generalmente se conoce como son calentano incluye tanto sones como
gustos. Las principales diferencias entre ambas formas consisten en que el
gusto es cantado y el son es instrumental. La naturaleza vocal del gusto
determina la organización musical y la estructura de la pieza, y en el tempo
más lento del gusto y más incesante del son”. (Raquel, 2020, p.94).
Otro concepto de son, es el siguiente: “Las
principales características del son consiste en que la poesía cantada en éste
se compone siempre de coplas, es decir, breves poemas que encierran dentro de
sí una idea completa, terminada, por lo que no requieren de la ilación con
otras coplas para tener sentido”. (Virginia, 2005, p.4)
Los sones se harían populares durante el
movimiento armado de 1810, considerados como símbolos nacionalistas. En la
segunda década del siglo XIX, se introdujo el son, en los salones de baile de
la sociedad mexicana. Los sones y gusto de Tierra Caliente, comenzaron a
formarse a finales del siglo XIX, transformados en sonetos y canciones
españolas, adaptándolas a las necesidades y entorno de la región, surgiendo en
este contexto los padres de la música calentana: Juan Bartolo Tavira
(1850-1924) y Salmerón Pastenes (1891-1945).
El son calentano está conformado por uno
o dos violines, una o dos guitarras sextas, un pequeño tambor llamado
tamborita, la guitarra panzona y la guitarra séptima. Los dos últimos, se
utilizaban a finales del siglo XIX y principios del XX. La edad de oro de la
música calentana, fue entre los años de 1910-1950, teniendo como representante
a Juan Bartolo Tavira. Entre las composiciones que realizó se encuentran: “San
Agustín Victorioso”, “La Tortolita”, “El Maracumbe”, “El gusto federal”, “El
diablo” y “La loca”. Es tal la importancia de Tavira que existe un documental
titulado: Tierra Caliente…se mueren los que la mueven.
Para finalizar, me gustaría incluir la cita de Juan José Atilano: “Los sones constituyen la identidad de los habitantes de Tierra Caliente, reflejan sus pensamientos, creencias, ideas e incluso su historia, al expresarse en coplas y corridos la construcción de analogías, característica del pensamiento cristiano, rasgo que seguramente surgió por influencia de los agustinos, quienes arribaron a esta región alrededor de 1537 y permanecieron durante 30 años”.