Huehuecoyotl - Milagros De La Preciosa Sangre De Cristo por Raziel Tapia

Raziel Tapia (UATx)
Correo: tapiaraziel551@gmail.com


Los pueblos quedaron fascinados ya que fueron testigos de la misericordia de Dios, se propagó la devoción de la preciosa Sangre de Cristo por toda la región.


La devoción hacia la preciosa sangre de cristo, es una de las más antiguas dentro de la religión católica que, hasta nuestros días, se sigue practicando. Dicha imagen es la representación del misterio pascual del sacrificio de Jesucristo en una cruz, donde con su sangre se espera la redención de las almas, así como una alegría que brote de ella gracias al perdón de los pecados, tesoros que merecen nuestra devoción como hijos de Dios si sabemos valorar la pasión dolorosa de Jesucristo.


En esta ocasión nos centraremos a hablar en el estado de Tlaxcala, específicamente del municipio de Xicohtzinco; ubicado al sur de dicha entidad, donde el pueblo es fiel devoto de la imagen de la preciosa sangre de Cristo. Esta devoción ha sido tan grande a lo largo de los años ha unificado a una población entera y a los pueblos circunvecinos, por los milagros que se le ha atribuido a dicha imagen.


No se tiene un registro exacto desde que en el pueblo de Xicohtzinco, se empezara a venerar a la preciosa sangre de Cristo. Sin embargo, la imagen empezó a tomar relevancia desde el año de 1784, puesto que comenzaron a existir “milagros” en torno a ella, desde esa fecha, dichos acontecimientos tomaron popularidad entre distintos pueblos cercanos a la localidad.


MILAGRO DEL INCENDIO Y EL POZO DE AGUA SANTA.

Era el año de 1784, en el barrio de Zamananaca (actual Barrio de San Isidro), se tenía a la imagen de la preciosa sangre de cristo en la casa de Doña María Gertrudis, en dicha casa se desató un incendio, los vecinos se dieron cuenta del siniestro y un señor de nombre Mateo Santiago que estaba sabedor de que la imagen seguía en la casa entró a la casa sin tenerle miedo al fuego.


Se dice que el señor desclavó a la imagen de la cruz, salió con la imagen y la cruz por piezas, completamente ileso. El señor Mateo Santiago inmediatamente, buscó un lugar para depositar a “la preciosita” (como se le dice de cariño en la comunidad), cuando éste “enterró” la cruz en el suelo empezó a brotar agua, misma que ayudó a apagar el incendio y desde entonces empezó a tomar un valor milagroso. Al pasar de los años se edificó un pozo "de agua santa", en el mismo lugar donde brotó el líquido que ayudó a apagar el incendio y se le han atribuido cualidades de sanación, el cual se sigue conservando hasta la actualidad en el barrio de San Isidro.



En la entrada de la capilla de San Isidro se encuentra una cruz, cruz original de la preciosa sangre de aquel incendio de 1784, hasta hoy en día algunos vecinos del barrio expresan su descontento de que “La mera preciosita", debería estar en la capilla de dicho lugar y no en el centro, puesto que esa iglesia es del patrón del pueblo: Santo Toribio y el primer milagro ocurrió en el antiguo Zamananaca.

 MILAGRO EN EL OCÉANO.

 

Don Pedro Vega Izuria, arzobispo de la ciudad de Puebla realiza una incursión marítima a España, en medio del viaje se desata una tormenta que amenazaba con hundir el barco, don Pedro recordó a la imagen de la preciosa sangre de Cristo, que se encontraba en Xicohtzinco y se encomendó a ella en medio del horror que amenazaba a la tripulación, de un momento a

otro el fenómeno meteorológico se calmó milagrosamente, el barco salió a flote con todos sus pasajeros ilesos.


Al llegar a España se dirige a Roma y le comenta al Papa lo que había ocurrido en su trayecto, el Papa intrigado y sorprendido por lo acontecido le preguntó la categoría de la iglesia del municipio, a lo que mandó se elevara la categoría a santuario, así la instalación eclesiástica recibe el nombre de “Santuario de la Preciosa Sangre de Cristo” al regreso del arzobispo encontrando con un título legítimo expedido desde Roma.


MILAGRO DE SANACIÓN DE 1918. (GRIPE ESPAÑOLA).

 

En 1918 toma lugar una epidemia tras la primera guerra mundial, denominada vulgarmente como la “gripe española”, traída al continente por Estados Unidos e ingresada a México por la frontera norte, llegando la enfermedad a Tlaxcala en octubre de 1918; “de octubre a diciembre de 1918 entró al estado de Tlaxcala causando miles de enfermos y centenares de defunciones entre hombres y mujeres de todas las edades y condiciones sociales. Ante una situación de contaminación generalizada la población buscó en la medicina tradicional y alopática el remedio o receta que los curara de ese mal”.


Era tanta la mortalidad provocada por la gripe española que fue necesario, enterrar a las personas en fosas comunes porque los panteones no se daban abasto, las personas del municipio acordaron en sacar a procesión a la preciosa sangre de Cristo para implorar misericordia ante su desgracia, tras dicha procesión casi inmediatamente “cesó” la peste.


Después del milagro producido en Xicohtzinco los pueblos vecinos, tales como San Francisco Papalotla, San Lorenzo Axocomanitla, San Juan Huactzinco, Santa Inés Zacatelco, se hicieron sabedores de lo ocurrido, y al ver que las defunciones iban en aumento, vinieron a la iglesia a hablar con el obispo y los fiscales para pedir que la imagen fuera a realizar una procesión para sanar a las personas e impedir la propagación de la peste. Las autoridades eclesiásticas accedieron, llevaron a la imagen a procesión y ocurrió lo mismo que en el Xicohtzinco: la peste cesó y la gente sanó.


Pero no todo es como parece, entre las memorias de la procesión, resalta la anécdota de que la sagrada imagen en Zacatelco comenzó a pesar y ni los hombres más fuertes, podían levantarla. Fue hasta que las señoras empezaron a pegarle a sus hijos en la plaza de dicho pueblo hasta que lloraran, inmediatamente los presentaron a los pies de la preciosita mientras le pedían moverse porque sus hijos le lloraban, es así cómo pudo regresar la procesión a Xicohtzinco.

 

Desde ese hecho milagroso, los pueblos quedaron fascinados ya que fueron testigos de la misericordia de Dios, se propagó la devoción de la preciosa Sangre de Cristo por toda la región. Es por ello que actualmente los pueblos que fueron visitados por la imagen durante la peste de 1918 se reúnen cada año para rendirle tributo como prueba de su fe.


A pesar del tiempo que ha transcurrido, destaca una acción de hermandad entre Huactzinco y Xicohtzinco, donde en la fiesta patronal se reciben a los santos patronos a las entradas del pueblo y “se dan un abrazo” dando las gracias, recibiendo con calidez y honor “Al pueblo hermano de Santo Toribio y su Preciosita”, guiándose a la iglesia para la ceremonia eucarística por 105 años seguidos. Este acto puede presenciarse el segundo viernes de cuaresma, el 16 de abril (fiestas en Santo Toribio) y el 27 de diciembre (fiesta de San Juan Apóstol).


MILAGRO DE LA LLUVIA

 El 17 de junio de 1960 a las 3:00 p.m., se realizó una misa rogativa debido a que la zona atravesaba una fuerte sequía ya que la temporada de lluvias se había retrasado, ya no había cosechas para el sustento de la población, ni alimento para los animales. Las poblaciones vecinas, vuelven a acercarse a las autoridades eclesiásticas de Xicohtzinco para realizar una procesión o una misa, para pedirle a la imagen de la preciosa Sangre de Cristo que les otorgara agua para frenar la sequía.


Ahora bien, aquí influyen dos versiones de la historia, puesto que en un documento que se encuentra en el archivo parroquial del municipio nos dice que: “la imagen no salió de la iglesia” puesto que descendieron a la Preciosa Sangre del nicho para llevarla al atrio del templo, que ya estaba repleto de gente para iniciar la misa y al llegar al umbral de la puerta comenzó a llover, pero no fue cualquier lluvia, a palabras de los testigos era un aguacero en medio de un cielo completamente despejado y soleado, que todo aquél que se mojó nunca se enfermó por haberse expuesto al diluvio: 


“hasta dicen que la gente comenzó a correr por el aguacero que cayó y una abuelita que estaba sentada en el centro del atrio empezó a decir “¿Por qué corren? si al fin de cuentas lo que querían era agua”...”.


Mientras que la memoria de vecinos narra que: “salió una procesión de la iglesia, bajaron a la mera Preciosita, la que está arriba, la pasearon por todo el pueblo y al llegar a la iglesia de nuevo empezó a llover bien feo, tanto que la gente ya no sabía ni dónde meterse…”


Entonces nos encontramos con dos maneras de contar los hechos, dos “verdades diferentes” que, si bien es más validado el registro escrito, la memoria colectiva de los que presenciaron el milagro de la lluvia también está presente (aunque pueda existir una falla de la memoria en el testimonio oral), de todos modos ambos testimonios nos arrojan el mismo resultado, una tempestad que ayudó a recuperar la cosecha, y con ella, el sustento de las familias que se ganaban su vida en base a la agricultura.


Todos estos milagros se encuentran registrados en el archivo parroquial en un expediente titulado “Memorias y testimonios del pueblo de Xicohtzinco”. 

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