Vista desde un punto - ¿Quién debería disculparse: España o México? por Alfredo Cantillo

Alfredo Cantillo (ENAH)


Entonces, ¿quién debe dar las disculpas: España o México? La reflexión final sería que, antes de pedirle a la Corona española que se disculpe por errores del pasado, se debe primero arreglar el desorden en casa.


La reciente petición de disculpas, por parte de la actual presidenta de México Claudia Sheinbaum a la Corona Española, debido los abusos cometidos durante la Conquista a los llamados, “pueblos originarios”, no es más que otra venta de humo, cuya finalidad, es distraer a la ciudadanía respecto a los verdaderos problemas del país. La actual presidenta, hace eco del discurso del ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quién hizo el mismo pedido en 2019. La única diferencia es que AMLO, pidió disculpas a nombre de México y Sheinbaum a nombre de los “pueblos originarios”.


En ambos casos, se insiste en repetir el patrón populista de la narrativa de odio y negación del pasado español. Una narrativa que, en lugar de ayudar a superar el trauma de la Conquista, parece seguir atada a ella. Lo más grave, es la gran ignorancia que tanto el anterior gobierno como el entrante, tienen de su propia historia como Nación.


Los conquistadores españoles y la violencia contra los indígenas


Durante la conquista española en el siglo XVI, las matanzas y la explotación de las poblaciones indígenas fueron sistemáticas, aunque no siempre intencionalmente genocidas. Hernán Cortés y sus aliados indígenas, particularmente los tlaxcaltecas, dirigieron campañas militares que resultaron en la muerte de miles de indígenas, como en la masacre de Cholula (1519) y la brutal represión en Tenochtitlán (1521). Además, se empleó el cruel sistema de encomiendas y la explotación laboral en minas y plantaciones que diezmaron a la población indígena. Pero, el principal factor de la devastación demográfica fue la viruela, que se estima, aniquiló entre el 70% y el 90% de la población indígena en los primeros 100 años tras el contacto europeo.


El gobierno mexicano posindependencia y la violencia contra los indígenas


Tras la independencia en 1821, el gobierno mexicano, bajo la bandera del liberalismo, buscó consolidar un Estado-Nación que promovía la homogeneidad cultural y política, lo que llevó a políticas deliberadas de represión contra los pueblos indígenas. La élite criolla y mestiza veía a las comunidades indígenas como obstáculos para el progreso económico y la construcción de una nación moderna.


Un ejemplo emblemático de violencia deliberada contra los indígenas, fue la campaña de exterminio contra los yaquis en el norte de México, llevada a cabo por el gobierno de Porfirio Díaz (1876-1911) y la Guerra de Castas en Yucatán (1847-1901). Además, las políticas de despojo de tierras, la imposición del sistema capitalista agrario, la marginación de las lenguas y culturas indígenas durante el siglo XIX, fueron estrategias directas para asimilar o eliminar cualquier resistencia indígena a la idea de una Nación unificada. En este contexto, las acciones del gobierno mexicano, fueron deliberadamente orientadas a la destrucción de las formas de vida indígenas.


Manipulación histórica y el pedido de disculpas


La insistencia en culpar, exclusivamente a la Corona Española de los abusos contra los indígenas, refleja un uso político de la historia que desvía la atención de la responsabilidad interna del Estado mexicano, en la violencia contra los pueblos indígenas. Dicha narrativa fue incluso criticada por los zapatistas (EZLN), quienes acusaron al gobierno actual de “doble moral”.


El EZLN considera la solicitud de disculpas, como una maniobra política que ignora los problemas contemporáneos de los pueblos indígenas en México, como la explotación de sus tierras y la falta de reconocimiento pleno de su autonomía. Para el movimiento zapatista, los problemas no radican tanto en el pasado Colonial, sino en la continuidad de las políticas de opresión que, a su juicio, los gobiernos modernos, incluido el de López Obrador, siguen perpetuando.


Entonces, ¿quién debe dar las disculpas: España o México? La reflexión final sería que, antes de pedirle a la Corona española que se disculpe por errores del pasado, se debe primero arreglar el desorden en casa. Es decir que, el gobierno mexicano asuma su responsabilidad histórica y sea el primero en disculparse con los llamados “pueblos originarios”. Así que amanecerá y veremos…


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