Entonces, ¿quién debe dar las disculpas: España o México? La reflexión final sería que, antes de pedirle a la Corona española que se disculpe por errores del pasado, se debe primero arreglar el desorden en casa.
La reciente petición de disculpas, por
parte de la actual presidenta de México Claudia Sheinbaum a la Corona Española,
debido los abusos cometidos durante la Conquista a los llamados, “pueblos
originarios”, no es más que otra venta de humo, cuya finalidad, es distraer a
la ciudadanía respecto a los verdaderos problemas del país. La actual
presidenta, hace eco del discurso del ahora expresidente Andrés Manuel López
Obrador (AMLO), quién hizo el mismo pedido en 2019. La única diferencia es que
AMLO, pidió disculpas a nombre de México y Sheinbaum a nombre de los “pueblos
originarios”.
En ambos casos,
se insiste en repetir el patrón populista de la narrativa de odio y negación
del pasado español. Una narrativa que, en lugar de ayudar a superar el trauma
de la Conquista, parece seguir atada a ella. Lo más grave, es la gran
ignorancia que tanto el anterior gobierno como el entrante, tienen de su propia
historia como Nación.
Los conquistadores españoles y
la violencia contra los indígenas
Durante la conquista española en el
siglo XVI, las matanzas y la explotación de las poblaciones indígenas fueron
sistemáticas, aunque no siempre intencionalmente genocidas. Hernán
Cortés y sus aliados indígenas, particularmente los tlaxcaltecas, dirigieron
campañas militares que resultaron en la muerte de miles de indígenas, como en
la masacre de Cholula (1519) y la brutal represión en Tenochtitlán (1521).
Además, se empleó el cruel sistema de encomiendas y la explotación
laboral en minas y plantaciones que diezmaron a la población indígena. Pero, el
principal factor de la devastación demográfica fue la viruela, que se estima, aniquiló
entre el 70% y el 90% de la población indígena en los primeros 100 años tras el
contacto europeo.
El gobierno mexicano
posindependencia y la violencia contra los indígenas
Tras la independencia en 1821, el
gobierno mexicano, bajo la bandera del liberalismo, buscó consolidar un Estado-Nación
que promovía la homogeneidad cultural y política, lo que llevó a
políticas deliberadas de represión contra los pueblos indígenas. La élite
criolla y mestiza veía a las comunidades indígenas como obstáculos para el
progreso económico y la construcción de una nación moderna.
Un ejemplo
emblemático de violencia deliberada contra los indígenas, fue la campaña de
exterminio contra los yaquis en el norte de México, llevada a cabo por
el gobierno de Porfirio Díaz (1876-1911) y la Guerra de Castas en
Yucatán (1847-1901). Además, las políticas de despojo de tierras, la imposición
del sistema capitalista agrario, la marginación de las lenguas y culturas
indígenas durante el siglo XIX, fueron estrategias directas para asimilar o
eliminar cualquier resistencia indígena a la idea de una Nación unificada. En
este contexto, las acciones del gobierno mexicano, fueron deliberadamente
orientadas a la destrucción de las formas de vida indígenas.
Manipulación histórica y el
pedido de disculpas
La insistencia en culpar,
exclusivamente a la Corona Española de los abusos contra los indígenas, refleja
un uso político de la historia que desvía la atención de la responsabilidad
interna del Estado mexicano, en la violencia contra los pueblos indígenas. Dicha
narrativa fue incluso criticada por los zapatistas (EZLN), quienes acusaron al
gobierno actual de “doble moral”.
El EZLN
considera la solicitud de disculpas, como una maniobra política que ignora los
problemas contemporáneos de los pueblos indígenas en México, como la
explotación de sus tierras y la falta de reconocimiento pleno de su autonomía.
Para el movimiento zapatista, los problemas no radican tanto en el pasado Colonial,
sino en la continuidad de las políticas de opresión que, a su juicio,
los gobiernos modernos, incluido el de López Obrador, siguen perpetuando.
Entonces, ¿quién
debe dar las disculpas: España o México? La reflexión final sería que,
antes de pedirle a la Corona española que se disculpe por errores del pasado,
se debe primero arreglar el desorden en casa. Es decir que, el gobierno
mexicano asuma su responsabilidad histórica y sea el primero en disculparse con
los llamados “pueblos originarios”. Así que amanecerá y veremos…