El
Porfiriato dentro de la Cuidad de México se vivió así: Durante el largo régimen
presidencial del general Díaz, México
logró un destacado desarrollo económico, el beneficio fue sólo para unos
cuantos, en su mayoría empresarios extranjeros y familias acomodadas
simpatizantes de las ideas políticas del gobierno de Díaz. Pero los indígenas
fueron un sector poblacional que durante el Porfiriato se verían afectados sus
derechos, siendo despojados de sus tierras por los decretos que beneficiaban a
la sección poblacional alta; sí los capitales nacionales y extranjeros adjuntaron
grandes extensiones de tierra en las que muchos indígenas trabajaban. Por otra
parte a clase trabajadora, con el auge económico nunca vio mejora en su calidad
de vida, al contrario fueron explotados
en los trabajos que realizaban en fábricas o haciendas y con sueldos
extremadamente bajos que ni siquiera las necesidades más esenciales para vivir
podían mantener.
Por lo tanto en el Porfiriato las empresas
internacionales invirtieron en las minas que se encontraban en el norte de
México y en las regiones centrales y del sur, otras compañías reestructuraron
las tierras de cultivo y las hicieron más productivas gracias al uso de nuevas
técnicas agrícolas y nueva maquinaria. Inversores extranjeros construyeron
ferrocarriles contribuyendo con ello a una mejora en las exportaciones. A
medida que el país progresaba, su sistema bancario registró un aumento de capitales.
México pudo pagar su deuda internacional y reconstruir su infraestructura.
(NHGM, 2010)
México progresó económicamente para algunos, pero
muchos solo sobrevivían, por ejemplo las élites ganaron en riqueza e
influencia, brindando apoyo a Díaz pero
la mayoría de la población tuvo que aceptar la nueva situación. La llegada de
nuevas haciendas y empresas a zonas rurales hizo que los granjeros y mineros se
convirtieran en personas indiferentes ante la sociedad, por lo tanto algunos pueblos
indígenas fueron explotados. El gobierno de Díaz creó una policía rural
“conocida como Rurales” tropas formo federales
con el fin de mantener el orden por todo el país; la modernización del país
trajo un crecimiento de la injusticia y desigualdades sociales. (Altable, 2015)
Un detonante destacado durante el Porfiriato es la
entrevista de 1908 con el norteamericano
James Creelman, en la cual el presidente
Díaz afirmó que México estaba preparado para tener elecciones libres, la
noticia corrió hacia una nueva generación que querían participar en la vida
política de la nación, así pues, surgieron varios líderes y partidos políticos,
se escribieron libros, artículos que exponían la situación del país y la
solución de sus problemas.
Gracias esa entrevista surge con nuevas ideas y
exceptivas fue Francisco I. Madero. Quién
había estudiado y viajado fuera de México; venia de una familia adinerada, así Madero
fundó el Partido Antirreeleccionista el cual se postuló como candidato, se dedicó
a viajar por todo el país para explicar sus ideas políticas, se hizo muy
popular y proclamaba grandes esperanzas de cambio.
El gran éxito de su campaña lo convirtió en un enemigo
para el gobierno de Porfirio Díaz y poco antes de las elecciones de 1910 fue
detenido en Monterrey y encarcelado en San Luis Potosí. Allí recibió la noticia
de que Díaz, una vez más, había sido reelegido para la presidencia; pago la fianza,
salió de la cárcel, aunque debía permanecer en la ciudad, sin embargo, a
principios de octubre Madero escapó a los Estados Unidos de América, donde
proclamó el Plan de San Luis. En ese documento Madero hace notar la ilegalidad
de las elecciones y desconoció a Porfirio Díaz como presidente de la República
Mexicana y se declara él mismo presidente provisional, hasta que se realizaran
nuevas elecciones; prometió que se devolverían las tierras a quienes hubieran
sido despojados de ellas y pidió que se defendiera el sufragio efectivo y la no
reelección de los presidentes. También hizo una convocatoria al pueblo para el
20 de noviembre de 1910 se levantara en armas y arrojara del poder al dictador.
(NHGM, 2010)
Mientras el ejército de Porfirio Díaz que “había
mantenido la paz” durante décadas, parecía muy fuerte y más eficaz pero en
realidad era débil frente al descontento general y en sólo seis meses las tropas maderistas triunfaron sobre las del dictador.
La victoria definitiva fue la toma de Ciudad Juárez por los revolucionarios
Pascual Orozco y Pancho Villa quienes se
habían unido a Madero. En esa misma ciudad, en Mayo de 1911, se firmó la paz
entre el gobierno de Díaz y los maderistas. Porfirio Díaz renunció a la
presidencia.
El
profesor Francisco Olmos Montaño en su libro Apuntes cronológicos de la Baja
California Sur y Los Cabos, cita el célebre personaje Sudcaliforniano Profesor
Pablo L. Martínez, Quién describe el
Porfiriato como:
La Baja
California, disfruto de completa Paz, lo que provocó algún incremento de la
riqueza pública, tan raquítica en todas las etapas anteriores. Desapareciendo el problema de la
propiedad de las tierras de las antiguas misiones, se distribuyeron estas y
ello produjo un relativo bienestar entre las clases desheredadas… Se desarrolló
con, más o menos amplitud la ganadería aunque siempre con las naturales altas y
bajas que el ramo presenta en la
península por la falta de lluvias… La ganadería y la agricultura hubieran
desarrollándose con mayor amplitud si en vez de otorgar concesiones de
colonización se hubiera dejado las tierras a disposición de particulares que
las hubieran ido ocupando y trabajando poco a poco… Una cosa innegable y que
debe anotarse en el haber de la dictadura porfiriana es el hecho de que procuró
y obtuvo el establecimiento de un efectivísimo sistema de comunicaciones que
ligó a la península con el exterior… Hubo especial atención el ramo educativo.
Se abrieron escuelas en todos los poblados y rancherías que lo ameritaban, las
cuales eran dotadas del material de enseñanza indispensable. Pero donde la
dictadura porfiriana falló, como en todo el país, fue en procurar siquiera una
mínima protección al trabajador. (Martínez, 2018, pág339)
El Porfiriato no fue lo mismo para los pobladores de
los Estados del centro de País como los Norte, sur, asi pues fue tan distinta
en expectativas, por ejemplo La Península de Baja California, por su
asilamiento natural, el gobierno de Díaz, tuvo buenas como malas ambiciones
para el territorio, así pues se interpretan dos cuestiones de conocerlo, el
distrito Norte, hoy conocido como Baja California actualmente y el distrito Sur
conocido actualmente como Baja California Sur. Se describirá lo que aconteció
en esa atapa de la Historia de México ubicado en el distrito Sur de la
Península; de igual manera, si se requiere dar comparaciones con el norte se
realizará.
Dentro del
Museo Regional de Baja California Sur se menciona:
El periodo
en que Porfirio Díaz ocupó la presidencia de la Republica abrió las puertas a
las capitales del mundo. México no tenía los recursos para desarrollar su
economía, de ahí su papel principal era el de proporcionar las obras de infraestructura en
comunicaciones y transportes para agilizar la ruta hacia el progreso. Para el
caso de las principales actividades económicas en el territorio Sur de la Baja
California, tuvo por base la extracción de materias primas y la siguiente
exportación de las ostras perleras, la plata y el cobre, así como el comercio
desarrollado entorno a su exportación , fueron las principales acciones en la
península de Baja California durante el Porfiriato. (2019)
El deseo por saber y conocer las “futuras riquezas” de
la península de la Baja California era asombroso como la pesca y sus peces varias,
las perlas, joyas divinas de gran sustento económico, una tierra de gran
extensión donde los empresarios extranjeros dieron inicio para la realización
de grandes y poderosas empresas, gracias a las concesiones otorgadas por el
presidente de la Republica.
El Porfiriato y su economía sudcaliforniana dependían
de la minera, la agricultura, la ganadería, la pesca y el comercio, este último
fue uno de las importantes y necesarios, ya que, ampliaron las rutas marítimas
comerciales con Estados Unidos, Sinaloa y Sonora, el crecimiento económico se
notó un poco en el poco crecimiento poblacional, lo que implico que el
presidente de la República Mexicana Porfirio Díaz, dividiera políticamente el
territorio el dos entes, Norte y Sur en 1888, así los dos distritos contarían
con sus propio gobierno, (esta división de la península se dio muchos siglos
antes, por ejemplos la llegada de los jesuitas a la península, con su
organización con sus misiones, pueblo e indígenas y en 1846 con la intervención
de Estados unidos en la Baja California también la dividieron por cuestiones
políticas y organización con los unos funcionarios estadounidenses. )
La California Mexicana como la menciona el profesor
Holmos en su libro Apuntes Cronológicos de Baja California Sur y Los Cabos, durante el gobierno de Porfirio Díaz, fue
expuesta a las rutas marítimas de comercio con los Estados Unidos, Sinaloa y
Sonora, para le venta de productos regionales, así el pueblo de San José del
Cabo se convirtió en el pueblo productor de piloncillo y vegetales; aumentando
su producción y generando más ganancias,
subiendo de nivel compitiendo con la Capital de la Península La Paz; las nuevas
rutas generalizaron más propuestas de
comercio para ampliarse los productos locales y así dar a conocer mercancía
Sudcaliforniana, para su distribución en la República Mexicana, aunque no fue
el único lugar donde hubo productos de la Baja Sur, Estados Unidos también
consumía sus producciones, ya que, se conocía una ruta desde el pueblo de San
José del Cabo hasta el puerto de San Francisco, existía una ruta marítima desde
la cuidad de La Paz hasta la frontera con Estados Unidos.
El desarrollo de la agricultura y la vida cotidiana
cambiaron no de forma radical, sino de poco a poco, notando aspectos en la
economía, producción, población y una vida sustentable para las necesidades básicas para los pobladores
de los pueblos vecinos de la cuidad de la Paz, estas fueron: Santa Anita, Santa
Catarina, Todos Santos, San Ignacio y el más el pueblo con más cambios dado con
las descripciones anteriores fue el pueblo o villa de San José del cabo como lo
describe el profesor Holmos, este pueblo incremento su vida cotidiana gracias a
su desarrollo en su agricultura, su producción agrícola fue de 446 toneladas
hasta subir a 577, con su productividad de plátano, calabaza, caña de azúcar,
con ese azúcar se creó más de 352 toneladas de piloncillo, así su ganancia fue
de casi 40 mil pesos; la producción de piloncillo fue un éxito, siendo la
mercancía representativa Josefina de la entidad en el año de 1880, el Distrito
Sur fue el lugar donde más artículos de venta empaquetaba para su salida para
compra, eso fue el 80%, llegando al Distrito Sur, Sonora, Sinaloa y San
Francisco, california.
Por lo tanto en el pueblo de San José de Cabo se fija una aduana marítima, como una oficina subalterna de Rentas, también en Santiago y una subagencia en Miraflores.
La
península en su totalidad se vio beneficiada durante el Porfiriato, en el
Distrito Norte tenía la empresa del El Boleo de origen francesa, ubicada en la
región de Santa Rosalía y el Distrito Sur tenía las comunicaciones marítimas, así pues el presidente Díaz, era
idealizado como el impulsor cultural de la Baja California Sur, ya que,
por fue un territorio aislado y despoblado.
En los tiempos de Porfirio Díaz se levantaron los
trabajos mineros, los hornos cupríferos y demás servicios productivos, la Compañía del Boleo levantó los espacios de
vivienda, consumo, salud, educación Sobre ramadas y cementerios, la empresa
francesa dueña absoluta de todo, con rapidez realizó la construcción del pueblo
y la industria en 1886, la empresa se encontraba ya produciendo y poblaban el
mineral 4 mil habitantes.
La idea principal de Díaz en la compañía de El Boleo,
era poblar a la escasa ciudadanía de Santa Rosalía, con nuevos residentes o
nuevos matrimonios con los locales. Así pues, las características urbanas que
tomó la empresa, desde el comenzó del siglo se vio afectado el proyecto de
colonización, en lugar de poblados independientes con vida cotidiana; nació un
campo minero localizado en un terreno ligeramente ondulado de suave pendiente
hacia el mar, cortado por grandes arroyos o cañones cuya anchura varía entre
100 a 400 metros, así se formó una compleja comunidad minera que se distribuyó
en cuatro asentamientos, relacionados entre sí y que compartían la idea de
poblar un lugar terriblemente desolado.
En el arroyo o cañón de Providencia surgió la
población de Santa Rosalía se extendía
un kilómetro tierra adentro desde el puerto. Era el corazón y cerebro del
mineral, pues en su área se instaló: la dirección, la fundición y el puerto
y en 1899 contaba con 3 mil 363 habitantes, el 47 por ciento de
la población total, en el mismo cañón surgió el grupo minero de
"Providencia" con 1 mil 53 habitantes, en el cañón o arroyo de
Soledad, se formó el grupo minero "Soledad" el más popular tenía 1
mil 348 habitantes y en el arroyo de Purgatorio el grupo minero del mismo
nombre contaba a fin del siglo con 1 mil 188 habitantes.
El Boleo era espacio de reproducción de la fuerza de
trabajo por la forma en que se distribuyó y ocupó. En el poblado principal, es
decir, Santa Rosalía se identifican las diferencias
sociales en la ocupación del espacio, la
topografía del terreno dividió más al pueblo en dos segmentos opuestos:
"los de arriba y los de abajo".
La primera década del siglo resultó catastrófica para
la población entre 1900 y 1910 los meses de julio, agosto y septiembre fueron
siempre inestables. Durante el verano, resulta siempre abrasador en aquellos
lugares, la neumonía, la bronconeumonía y la tuberculosis eran la causa de
muertes entre los trabajadores; pues las jornadas que realizaban en el socavón entre
el frío interior y el calor sofocante era malo para la salud física y el violento
proceso de trabajo que consumía un promedio de diez vidas por año en accidentes.
En total en esta década fallecieron 4,801 personas lo
que corresponde a 436.45 defunciones por año, 36.37 muertes por mes y a 1.25
por día. En especial de los meses de julio a septiembre y de 1906 fue fatal
para los habitantes, se sepultaban 2.27 personas por día. Esto obligó a
establecer dos nuevos cementerios a los que sobraba clientela.
Entre 1890 y 1920, el reparto del agua se hizo bajo la
estricta vigilancia de un francés a quien se llamaba "Monsieur
Granyé", quien montado en su caballo, permanecía a un costado del
"tanque de calle ancha" el barrio obrero de mayor tradición en el
mineral. El tanque se encontraba sentado en cuatro enormes barrotes, los cuales
estaban bordados por unas potentes rejas de más de dos metros de altura. Por
dentro y al centro, dividía una pequeña barda de cemento bien acondicionada con
cuatro válvulas de dos pulgadas cada una, las cuales se abrían para que los
recipientes, que llevaban los mineros y sus familias, fueran llenados,
retirándolos con rapidez y sin cerrar las válvulas, la siguiente persona tenía
que permanecer muy atento e introducir sus latas sin derramar el agua. Una
larga fila esperaba impaciente.
En 1910 para quedar bien con Don Porfirio y darle un
mayor realce a las fiestas del primer Centenario de la Independencia Nacional,
se dio al pueblo de Santa Rosalía de un sistema público de alumbrado eléctrico
de arco, se construyó una plazuela y un kiosko en el lugar más céntrico. Los
sábados la orquesta del lugar tocaba románticas serenatas en un ambiente de niveles
sociales muy marcados, en la plaza era dividida en áreas, al centro, se
encontraba el kiosko rodeado de una malla de alambre, se reunían las familias,
los directivos franceses, ingenieros, empleados mexicanos y autoridades de
Hacienda y Aduana. El pueblo ocupaba la parte periférica de la plaza, en estilo
de un carrusel, daba vuelta disfrutando la música.
Los franceses reproducían un ambiente europeo, se
dieron el lujo de traer no sólo el mobiliario, sino hasta sastres, panaderos y
cocineros. Todo para que los altos jefes no extrañaran "su origen europeo
y de buena cuna". En un ambiente de élites, la Compañía daba tres grandes
bailes al año; el 31 de diciembre y el sábado de carnaval, ambos eran rumbosos y
el 14 de julio que era menos alegre. A estos bailes, solo podían asistir los
empleados de confianza, los funcionarios del gobierno del lugar y los de Mulegé
y los franceses.
En el Distrito Norte de la Baja California el conjunto
de relaciones sociales tenía dos caras; los espacios de trabajo y por otro
lado, las relaciones sociales de la vida cotidiana, tenía que ver con la forma
de organización del proceso de trabajo en su conjunto; Así pues, fue esto respuesta
que se haya desarrollado una comunidad minera exageradamente clasista.
Entre los empleados del mineral El Boleo curiosamente
encontramos dos grupos de trabajadores, los chinos y los yaquis, ambos grupos,
fueron muy cerrados, la vivienda la tenían separada y acostumbraban realizar
sus propias fiestas y ceremonias.
Santa Rosalía y los grupos mineros en buena medida
formaban una comunidad de "hombres solos". En 1890 arriba del 40 por
ciento de la población estaba formada por trabajadores sin familia; Estos
estaban de acuerdo en la rudeza del proceso de trabajo; los obreros daban
rienda suelta para resolver sus sentimientos reprimidos, probablemente el
burdel limitó los delitos sexuales pero no evitó la proliferación de
enfermedades venéreas.
También se generó un ambiente propicio para las
apuestas, ambiente de incertidumbre y violencia laboral, que se debatía la vida
de los trabajadores, las actividades del tiempo libre sean llevadas al terreno
de las apuestas. La vida cotidiana transcurría en un permanente desafío.
El reporte del Capitán Álvarez, sobre las relaciones
que se daban entre empresa y gobierno en la espera de la caída del Gobierno de
Porfirio Díaz. En principio Álvarez comienza su visita redactando multas a la
Compañía del Boleo por carecer de la patente para el degüello de reses, venta
de licores y tabaco en la Hacienda de San Bruno. La multa fue de sesenta pesos
y ninguna autoridad se había atrevido antes a tocar su influencia.
El otro campo laboral que tocó al Capitán, fue el del
comercio ambulante, esta actividad estaba estrictamente prohibida por la empresa,
en especial cuando se trataba de comerciar productos producidos en la empresa como
la leche, pan y carne que se vendía en la tienda de raya. Álvarez liberalizó el
tránsito de todo tipo de mercancías en el territorio de la Compañía; su
decisión estaba ligada al interés por fijar impuestos municipales a los
pequeños comerciantes por tratarse del único sector austero, pues la empresa continuaba sin multas.
Durante
el Porfiriato la Compañía del Boleo manejó con
habilidad la relación con el gobierno al extremo de mantener subordinadas a las
autoridades locales, sabía muy bien que la principal debilidad de los empleados
federales era su bajo salario y el retraso con que acostumbraba el gobierno
cubrir sus honorarios. Normalmente les "daba de comer en la mano"
pues les daba crédito en su tienda de raya o los distinguía con invitaciones a
eventos selectos. Esta situación fue una constante, desde que surge el centro
minero hasta el comienzo de los años veinte de este Siglo; Existen varios ejemplos
de la dependencia del gobierno del territorio respecto de la empresa. En 1915
el Administrador de la Aduana Local, Juan Encinas reportó que entre los treinta
y un empleados adeudaban mil ochocientos cincuenta y dos pesos, por adelanto de
sueldo y víveres a la empresa francesa.
Bibliografía
Elizabeth Acosta Mendía, David Jesús Rincón Meza .
(2013). Efemérides californianas 1533-1933. México: Instituto Sudcaliforniano
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México: Archivo histórico Pablo L. Martínez.