Ahora, el próximo eclipse solar se llevará a cabo el 30 de marzo de 2052, coincidiendo con ello con el Natalicio del pintor Vincent Van Gogh. Nuestros abuelos y padres ya no estarán con nosotros para ver ese momento, quizás nosotros como hijos, hermanos y amigos tampoco ya no lo podamos vivirlo.
¿Alguna
vez has leído en la primaria el texto “El día que amaneció dos veces”? Bueno,
quizás para los que no existíamos en 1991, cuando ocurrió el Eclipse de Sol en
México o como lo anunciaron en ese momento: “El Eclipse del Siglo” o “El
Gran Eclipse de México”. Fue un hito histórico no solo para la ciencia, la
astronomía y la geografía que tenían el privilegio de estudiarlo a fondo
presenciando el fenómeno, sino que también para la sociedad fue un evento
único, algo nunca visto desde hace tiempo.
Para
comenzar, el eclipse que ocurrió el 11 de Julio de 1991, marcó a una generación
de mexicanos entre la brecha de la Generación X y la Generación Y (Millennial)
que presenciaron el momento en que el Sol, la Luna y la Tierra se juntaron en
un espectáculo celestial único: La luna bloqueó por minutos la luz del sol en
diferentes ciudades del país. En la Ciudad de México a las 13:24 hrs había
alcanzado su punto máximo el eclipse, oscureciendo por 7 minutos la capital de
la antigua y gran Tenochtitlan, todos los habitantes detuvieron sus actividades
para salir a las plazas, patios y calles a presenciar este fenómeno que la
naturaleza nos concede.
En
lugares como el Zócalo, el Museo Nacional de Antropología, en zonas
arqueológicas como Teotihuacan o Cuicuilco e incluso en Ciudad Universitaria,
se congregaron para presenciar dicho fenómeno. Lo más curioso que llamó la
atención, fue la reacción de los animales en el Zoológico de Chapultepec ante
el repentino cambio de luz, después de 7 minutos volvería a cambiar de luz. Como
si hubiera amanecido ese mismo día, incluso para los narradores que cubrieron
el evento que habían anunciado en radio, prensa y televisión les llamó la
atención. Cuando acabó el eclipse luego de los 7 minutos que cubrió la ciudad y
otras ciudades de México, la gente que presenció el eclipse se sintieron muy
contentas.
Para
las 2 de la tarde, la mayor parte de la población retomo sus actividades, pero
la emoción, la curiosidad, la algarabía y por supuesto, el asombro que cautivó
a muchas personas que presenciaron uno de los espectáculos más asombrosos astronómica
y científicamente. Siendo catalogado este hecho como un momento histórico para
la Historia de la Ciudad de México. Al día siguiente, saldrían en los
periódicos la portada del día haciendo mención del eclipse solar que asombró a
México en sus encabezados. Para 1993, dos años después del fenómeno se integró
el cuento: “El día que amaneció dos veces” en los libros de texto gratuito para
las niñas y los niños de primaria, relatando la crónica de cómo se vivió este
acontecimiento. Incluso en el libro de Geografía de cuarto grado, se hace
mención al próximo eclipse que ocurriría el 8 de abril de 2024.
32
años, 9 meses y 28 días después, casi llegando a los 33 años, volveríamos a
presenciar otro eclipse, ahora los que estamos en el presente.
Esa
brecha de tiempo entre 1991 y 2024 marca con ello el cambio generacional entre
los Millennials con dos generaciones presentes: la Generación Z y la Generación
Alfa, también conocido como la “Generación de la Pandemia” (abarcando una parte
de los nacidos en la primera mitad de la década de 2020). Sin embargo, desde
que en 1991 habían anunciado que sucedería otro eclipse el 8 de abril de 2024
por medio de la radio y la televisión, en nuestro tiempo lo anunciaron por
medio del internet y el poder de convocatoria de las redes sociales. La gente
consiguió sus lentes especiales tipo 3D, pero con un filtro especial para
presenciar el eclipse de este año; otros se armaron una careta casera con el
vidrio de soldador #14, para ver el eclipse; otros llevaron sus telescopios
para ver el eclipse en la escuela, en el trabajo y en la plaza; otros tomaron
fotografías del eclipse, ya sea con un filtro especial o a través del reflejo
de la sombra de las hojas de los árboles, etc. Una usuaria de TikTok que se
dedica a la ciencia (TikTok: @sciencewithana), nos enseñó como construir
nuestro proyector para ver el eclipse de este año.
Si
bien, en las tradiciones antiguas, como la mexica se tenía esta creencia de que
una deidad devoraba al sol y además realizaban rituales específicos como
sacrificar a personas albinas o se realizaban prácticas para prevenir las
deformaciones en los recién nacidos, lo cierto es que, en la mitología mexica
quedó registrada la fundación de Tenochtitlán bajo el eclipse solar del 13 de
marzo de 1325, dando origen al mito de la batalla entre Coyolxauhqui y
Huitzilopochtli. Posteriormente seria descubierto la piedra de Coyolxauhqui, en
la década de 1970’s en México tanto en la construcción de la Línea 2 del Metro,
como en la colocación de cableado subterráneo por parte de la entonces Luz y
Fuerza. Por otro lado, en la cultura maya se utilizaban los instrumentos
astrológicos para observar y predecir los movimientos astronómicos, como la
alineación del Sol y la Luna.
Con
todo esto, regresamos al 8 de abril del presente año, casi 33 años después
volveríamos a ver un eclipse de sol que a la postre, también se vería en
Estados Unidos y en Canadá, nombrando este acontecimiento como: “El Gran
Eclipse de Norteamérica” (abarcando los tres países principalmente). Eran
las 9:30 am, yo escuchaba la grabación de aquella transmisión del eclipse de
1991 en YouTube para imaginarme como fue ese acontecimiento, mientras que otros
veían la transmisión de cómo se llevaba a cabo el momento cumbre de ver el
eclipse desde Mazatlán, que fue el epicentro del eclipse junto con otras
ciudades como Saltillo, Torreón, o Monterrey, etc.
Mientras
en la CDMX, en el Zócalo, en Teotihuacan, en Paseo de la Reforma, en Los Pinos,
en Ciudad Universitaria, entre otros puntos de la ciudad, incluyendo por
primera vez San Lázaro, ese día se sentía como día festivo. Como si ese lunes 8
de abril fuese un jueves o viernes, como si fuese un día festivo tal como se
vivió en 1991. En este año se volvió canon nuevamente ese episodio, con la
novedad de que las redes sociales jugaron un papel importante en la transmisión
de dicho evento. Un dato extra, mucha gente se congregó en las islas de Ciudad
Universitaria para presenciar el eclipse solar y disfrutar de un picnic
científico y artístico. Siendo las 12:15 pm, el eclipse llegó a su punto máximo
en la Ciudad de México.
Aunque
no fue un eclipse total en la CDMX, las emociones y el asombro que permeó en
los habitantes, se sintió en cada rincón de la ciudad. Mientras que en las
ciudades donde si fue total el eclipse solar como Mazatlán o Saltillo, por
ejemplo, se vivió con júbilo y asombro este momento que también se vivió en otros
rincones de México, que hasta los científicos de la NASA que llegaron a
Mazatlán para ver y analizar el fenómeno, bailaron un día antes por las calles
de Mazatlán con música de Banda Sinaloense.
Ahora, el próximo eclipse solar se llevará a cabo el 30 de marzo de 2052, coincidiendo con ello con el Natalicio del pintor Vincent Van Gogh. Nuestros abuelos y padres ya no estarán con nosotros para ver ese momento, quizás nosotros como hijos, hermanos y amigos tampoco ya no lo podamos vivirlo. Pero nuestros nietos y sobrinos si podrán apreciar este fenómeno, son 28 años de distancia que nos separan. La cuenta regresiva para el eclipse de 2052 ha comenzado.