Estas acciones no fueron las adecuadas para resolver el problema, ya que en diversas ocasiones se trató de resolver por medio del diálogo, pero el régimen de Gustavo Díaz Ordaz no deseó abrir comunicación entre los médicos y el gobierno, creyó que era más conveniente y fácil por la vía de la violencia.
Llegó
el día establecido y el presidente Díaz Ordaz, afirmó que no iba a resolver el
problema personalmente, ya que esto les correspondía a las autoridades
competentes. Al observar la actitud por parte del presidente, los integrantes
de la AMMRI, hicieron críticas fuertes a Díaz Ordaz. Por consiguiente, el
presidente tuvo que tomar medidas para resolver el conflicto: al resolver las
demandas de los jóvenes residentes e internos, suspenderían las huelgas y
evitarían que el problema fuera global, es decir, IMSS e ISSSTE.
Ante las condiciones planteadas por las autoridades,
para resolver el conflicto, el día 18 de diciembre de 1964, 5000 médicos
residentes e internos afiliados a la AMMRI decidieron no levantar el paro,
recibieron el apoyo de varios organismos, por ejemplo, la organización que
brindó apoyo públicamente durante el conflicto fue la Federación Obrera
Revolucionaria. La AMMRI en un esfuerzo por llegar a una solución, solicitaron
nuevamente una entrevista con el presidente, Joaquín Cisneros se las negó. El
27 de enero en sesión plenaria, la Asociación Mexicana de Médicos Residentes e
Internos, informó que tomando en cuenta que las autoridades no resolvían sus
demandas, se acordaría levantar el paro por el voto de confianza de AMMRI.
Para 28 de marzo la prensa informaba que, en una serie
de sesiones efectuadas por las organizaciones médicas, la AMMRI y la AMM habían
acordado: estudiar los aspectos legales y prácticos de los médicos que presentaban
servicio en los hospitales y clínicas del Estado, podrían separarse de las
organizaciones sindicales. Hacer resaltar el repudio a los líderes burócratas y
a otras organizaciones laborales, la AMM manifestó en oponerse en una
organización sindical, prefería ser una asociación civil. Se pretendía la
organización civil independiente, frente a la organización burocrática sindical
y el contrato individual de trabajo de residentes e internos frente a la beca
de estudio. Las soluciones propuestas por los médicos, contradecían lo
estipulado por la legislación federal del trabajo para los servidores públicos,
además se oponía a los reglamentos y estatutos internos vigentes en las
instituciones de seguridad social.
El 22 de abril, los médicos adscritos que formaban la
Alianza de Médicos Mexicanos expresaron en la prensa: la declaración fue
divulgada en todos los hospitales del IMSS e ISSSTE deseosos de resolver el
problema y que tratar de cumplir el acuerdo presidencial, pero aún mostraba
lentitud y morosidad, para allanar los aspectos jurídicos y laborales del problema.
Pero dos altos funcionarios censuraron el paro, uno fue Rómulo Sánchez Mireles,
director del ISSSTE y Rafael Moreno Valle, quien hizo un llamado a la cordura “al
sentido de ética profesional y al patriotismo”. Hizo un resumen del conflicto y
resaltó el esfuerzo del gobierno, para resolver el conflicto; finalmente dijo
que las ultimas exigencias de los médicos daban la impresión de ser pretexto
para no llegar a un acuerdo.
Los médicos residentes e internos del ISSSTE, para
poder levantar el paro, exigieron que la institución les pagara 16.66% del
sueldo mensual, correspondiente al fondo de ahorro, sin descontarlo de su
salario. Pero el 6 de mayo, la Junta Directiva del ISSSTE sometió esta
petición, el acuerdo no fue dado a conocer hasta el 14 del mismo mes, en él se
decía que la FSTSE rechazo dicha petición por improcedente, ya que todos los
trabajadores cobraban su fondo de ahorro con base en dicho descuento que se le
hacía a lo largo de un año de trabajo. El día 31 de mayo, una comisión de
médicos insistió en entrevistarse con el presidente Gustavo Díaz Ordaz y fueron
rechazados nuevamente.
Resalto que el gobierno autoritario del presidente Díaz
Ordaz, respondió al movimiento con una serie de actos donde afectaron a miles
de médicos a través la de violencia armada, intimidaciones, amenazas de
despidos masivos, etc. Estas acciones no fueron las adecuadas para resolver el
problema, ya que en diversas ocasiones se trató de resolver por medio del diálogo,
pero el régimen de Gustavo Díaz Ordaz no deseó abrir comunicación entre los médicos
y el gobierno, creyó que era más conveniente y fácil por la vía de la
violencia.
Antonio Bernal, burócrata, solicitó la clausura del
hospital 20 de noviembre por actividades en contra del gobierno y también
afirmó que los médicos residentes e internos, habían recibido hasta más de 100%
en sus salarios. Al mismo tiempo, residentes e internos se quejaban de varios
hospitales ya que eran objeto de represalias, como la prohibición de residentes
e internos en reuniones, se les informó de la renuncia inmediata si
participaban en el tercer paro y se negaron a pagarles los salarios caídos.
CONTINUARA….