La danza tiene como objetivo reafirmar la solidaridad comunitaria, con espectadores internos y externos, una creencia que se repite constantemente hasta volverse una tradición, siendo testigos y partícipes de una plegaria religiosa, con la cual daban gracias a la imagen de su devoción por la cosecha del año, así como pedir abundancia para la siguiente siembra o dar gracias por algún milagro realizado, el ejecutar la danza se convertía entonces en una manda por un beneficio material común.
Perdonar siempre, olvidar
quién sabe…
En el sur del Estado de Tlaxcala
se encuentra la comunidad de Santo Toribio Xicohtzinco, éste pueblo teniendo un pasado
prehispánico como un altepetl o señorío, tiene en la actualidad un fuerte fervor católico, pues en él se
encuentra el Santuario a la Preciosa Sangre de Cristo, dicha imagen es la representación del misterio doloroso de la
muerte de Jesucristo para el perdón
de los pecados y la liberación del espíritu tras la muerte. La Preciosa Sangre
de Cristo, ha sido relacionada con
al menos 4 milagros de gran importancia en la comunidad y los pueblos circunvecinos. Demográficamente,
la población que conformaba a Xicohtzinco eran
en su mayoría trabajadores de la hacienda de Palula, las rancherías
colindantes e incluso un gran
porcentaje de ellos eran nahuatlahtoas.
Es en éste contexto se desarrollaba la
danza de Xicoht, un ritual religioso que por sus movimientos puede describirse como una danza imitativa del
jicote* por la velocidad de los pasos
y forma de desplazamiento que en conjunto hacen alusión al movimiento y al
viento. Las fechas en las que es
ejecutada la danza, tienen un peso significativo dentro del calendario agrícola: 1ro de Julio, mes en el que se
empiezan a recibir los beneficios de la huerta, el inicio de la cosecha. 1 y 2 de Noviembre,
terminar tareas pendientes del cultivo (aseguramiento de los granos de la siguiente siembra), además de una preocupación
por el mantenimiento del buen clima.
12 de Diciembre: Temporada de reposo del huerto para la recuperación de la fertilidad del suelo.ejecutada durante la
noche y madrugada de éstos días. En el marco de las fiestas patronales o fiestas de comunidad en honor a alguna
imágen religiosa donde existe un ambiente
de convivencia, donde coexiste el sincretismo del mundo indígena con el mundo occidental, es en éstas festividades donde cobran vida las diversas actividades que potencian la organización y comunicación social,
creando al unánime un sentimiento de pertenencia: surge la música y las danzas; las fiestas patronales pasan a un segundo plano para llevar a cabo rituales magníficos dotados “de carácter místico,
mágico, religioso” (Xochicale, Gil 1998).
Podemos situar a la danza entre el siglo
XIX y el siglo XX, desapareciendo con la Guerra
Cristera (1926-1929)*Los pasos evocan al trabajo de la tierra, se puede
observar aún más en el son de la
cruz, donde se representa la técnica de siembra con los pies, además de la formación, donde los danzantes crean una
cruz que desplazan a los cuatro puntos cardinales, referencia a los cuatro elementos naturales. Se emplea una
sonaja de bola que hace alusión al sonido de la lluvia, misma que en toda la danza se hace resonar.
Para ingresar a la danza, las personas
debían ser rectas en costumbres, no licenciosas, discretas, fuertes espiritual y físicamente, ser trabajadores.
Pero por sobre todo importaba la calidad
humana, siguiendo el camino, debía aceptar a la gente sin importar edad,
género, raza, color, credo, aspiración
sexual, situación económica, debía mantener respeto hacia todos, pero principalmente para sí mismo y para
Dios.
Es así que en un espacio influenciado por la Hacienda de Palula y la producción agrícola generada en ella, junto con la subsistencia de las personas y la importancia de la siembra donde las lluvias que alimentan los cuerpos de agua llegan a ser escasas, toma lugar la tradición de una comunidad campesina de sumergirse en un éxtasis provocado por la fiesta patronal a una imágen milagrosa de gran devoción, dando lugar a la danza de Xicoht. La danza tiene como objetivo reafirmar la solidaridad comunitaria, con espectadores internos y externos, una creencia que se repite constantemente hasta volverse una tradición, siendo testigos y partícipes de una plegaria religiosa, con la cual daban gracias a la imagen de su devoción por la cosecha del año, así como pedir abundancia para la siguiente siembra o dar gracias por algún milagro realizado, el ejecutar la danza se convertía entonces en una manda por un beneficio material común. “Danzan frente a sus imágenes para invocar sus beneficios, pero la actitud no es de aplicada sumisión, no se limitan a cumplir lo que la iglesia establece: también intervienen, reaccionan sobre los hechos, cambiando el sentido de los ritos ”El danzante toma un papel de mediador para tratar de resolver sus carencias durante el baile, en las fechas importantes para el calendario agrario, empleando su devoción como un factor de subsistencia y prevalencia de los campesinos, para continuar con la vida y el trabajo: la preocupación por su devenir. Es el sincretismo de la magia y las creencias prehispánicas, que aún se encuentran presentes en el subconsciente las figuras de Tláloc y Xochiquetzalli, fusionada con fuerte presencia a la imagen de paternalismo que ofrece Cristo, donde intrínsecamente están pidiendo que la fuerza de las deidades ponga sus ojos sobre el pueblo que pide ayuda ante sus necesidades. “De cierto modo significa un poco la libertad, la naturaleza y el ser libres; la libertad que les daba la Preciosa, y lo enfocan hacia ella en su honor...”.
En la actualidad solo existen dos guardianes activos de la danza de Xicoht, la profesora Aidé Victoria Parra Díaz y su alumno Javier Pérez Romero, quienes aún mantienen la tradición dancística enseñada por el informante Gil Xochicale Pérez (1967-2024) llevando a cabo la práctica de éste patrimonio cultural inmaterial del estado lo más arraigado posible a la investigación para su correcta ejecución; siendo en la actualidad el grupo de danza Folklórica Mazatl el único grupo de danza en Tlaxcala que sigue preservando la danza que, en la actualidad, se encuentra extinta en el municipio de origen.
Una vida que el tiempo nos quitó, ya convertida en muerte la memoria, es ahí donde duerme extinta la identidad de un pueblo: la danza de Xicoht, de Santo Toribio Xicohtzinco, Tlaxcala… Descanse en paz Gil Xochicale Pérez último informante de la danza de Xicoht. Con todo el cariño y respeto, hasta donde quiera que esté maestro.
REFERENCIAS
Canclini,
N. G. Las culturas populares en el capitalismo. 4ta edición, Editorial Nueva Imagen, México, 1982.
Instituto de investigación y difusión de la danza mexicana A.C., Congreso nacional para maestros de danza Prof. José Luis Cárdenas Quirarte, .Xochicale Pérez, Gil en Danza de Xicoht, Santo toribio Xicohtzinco, Tlaxcala, México, 1998.
Fotografías cortesía Raziel Tapia